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Hongo de Chernóbil convierte la radiación en energía

Se trata de una variedad que puede descomponer la radiación para generar energía. Mirá los detalles de este hallazgo.
domingo, 9 de febrero de 2020 · 00:00

Esta curiosa variedad de hongo encontrada en Chernóbil se denomina Cryptococcus neoformans, y tiene la particularidad de descomponer el material radiactivo como el grafito caliente de los restos del reactor de la central nuclear, según la información publicada en Nature en el año 2007.

El organismo fue encontrado en 1991, pero sus propiedades recién ahora pudieron estudiarse en detalle.

Su secreto está en la melanina que tiene, el mismo pigmento que está presente en la piel humana, sobre todo en las personas de raza negra. De ser extraída la sustancia que garantiza la característica del hongo, podría utilizarse para bloquear la penetración de la radiación y convertirla en una fuente de energía renovable, como un análogo de los paneles solares.

Podría aliviar a los pacientes de cáncer sometidos a radioterapia y permitiría que los ingenieros de las centrales nucleares y los pilotos de aviones operaran sin temor a absorber una dosis mortal de radiación.

Las propiedades del hongo fueron estudiadas en la Estación Espacial Internacional por un equipo de científicos liderados por Kasthuri Venkateswaran. A bordo, la radiación es alta comparada con la superficie de la Tierra, y los investigadores lo usan para averiguar cómo se comporta en el espacio. Esperan que el hongo pueda servir para proteger a los astronautas de los rayos mortíferos del Sol, pues son el principal peligro en el espacio.

"Los hongos que crecen allí (en el reactor de Chernóbil) son hongos radiotróficos, ricos en melanina. La melanina absorbe la radiación y la convierte en otras formas de energía (incluyendo la eléctrica). Nuestra investigación se centra en el uso de la melanina junto con el agua para convertir la radiación electromagnética en energía eléctrica. Esta tecnología puede encontrar su lugar en la biotecnología, ya que no es tóxica y es biocompatible", detalla el equipo de investigación.

El reactor nuclear de Chernóbil de la Unión Soviética se rompió el 26 de abril de 1986 y provocó la evacuación masiva y el abandono de una extensa zona. Unas 31 personas perdieron la vida, la mayoría bomberos y militares. Hasta la fecha, sigue existiendo una zona de exclusión de 2.600 km cuadrados con altas dosis de radiación.

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