El buque ARA "Almirante Irízar", perteneciente a la Armada Argentina, se convirtió en uno de los diez rompehielos más grandes del planeta, luego de casi una década de trabajos de reparación y modernización en su estructura, obligados por el ígneo que casi destruyó al navío, en 2007.
La semana pasada, la embarcación antártica "emblema" de las Fuerzas Armadas volvió a navegar, realizando un viaje de testeo de tres días entre la bahía de Samborombóm y la ría de Puerto Belgrano, sin que se registrasen mayores inconvenientes ni complicaciones.
El capitán Jorge Arosa sostuvo que el Irizar "se transformó en un navío multipropósito y científico de última generación" y afirmó que "no perdió sus características como buque de logística y rescate antártico".
"Hoy cuenta con una mayor capacidad para el sector de investigación, y sus laboratorios son seis veces más grandes que en su configuración original", destacó el titular de Astilleros Tandanor, donde el buque se encontraba varado desde hacía años.
Para finalizar, Arosa remarcó que, luego de efectuar una reparación sobre embarcaciones de este estilo, "se piensa en una vida útil de 25 años", aunque precisó que dependerá del mantenimiento que se le hagan, luego de quedar funcionales nuevamente. "Pueden durar hasta los 40 años de vida sin problemas", concluyó.
Fuente: Agencia Télam.