seguridad vial

Hagámonos cargo, mañana la víctima podes ser vos

En Tierra del Fuego, como en Argentina y en el resto del Mundo mueren más personas a causa de Accidentes de Tránsito que por cualquier otra causa de Muerte Violenta.
martes, 24 de mayo de 2016 · 18:03
Ni siquiera los conflictos bélicos de los últimos tiempos han podido superar la insaciable virulencia de la Pandemia que azota a la sociedad moderna, La Siniestralidad Vial; y mientras los juristas todavía miran hacia otro lado, lo único que la sociedad pide es que se haga cumplir la ley.

No hacen falta más Leyes para garantizar mayor legalidad o más justicia, solo hace falta una buena administración y que quienes infrinjan las normas viales causando lesiones a las personas o daños sobre bienes ajenos, respondan legalmente por sus actos, porque las normas y la sociedad así lo demandan. 

Pero mientras nos debatimos si es justo que alguien responda por las consecuencias de un accidente, ¿sabemos cuáles son esas consecuencias? Van desde la pérdida de una vida, las vidas arruinadas de las víctimas y sus familias, hasta las pérdidas materiales en última instancia.
Además hay que tener en cuenta el impacto económico que demanda un siniestro vial al Estado y a empleadores, las miles de sesiones de kinesiología, medicamentos, intervenciones quirúrgicas, traslados, pensiones por invalidez y tratamientos psicológicos; pero todavía algunos piensan, de forma infantil, que, "bueno, al fin y al cabo fue solo un accidente”. 

Un accidente que es causado por la negligencia, imprudencia o  impericia de una persona,  porque las casualidades en el tránsito no existen. Y andamos por la vida seguros de que la tierra sigue siendo plana, y que los siniestros viales son accidentes, cosa que ya a esta altura no debería ser tema de discusión. 

Nos manejamos en el tránsito con una inconsciencia e incredulidad que hasta que la fatalidad no golpea nuestras puertas y la realidad nos abofetea, no logramos entender la importancia de respetar las normas de tránsito. 

En Argentina en general, como en nuestra provincia, las entidades de educación, control y prevención vial existen, y contamos con un marco normativo bastante completo si lo comparamos con el resto del mundo. 
Lo que falla es otra cosa, es la Conducta Humana, aquella en la que algunos excusan su ilegalidad y falta de respeto al prójimo, atribuyéndosela a la famosa "viveza criolla” como si eso fuera una virtud. 

Y utilizando su "viveza” pasan semáforos en rojo, estacionan en lugar indebidos, tapan sus patentes para evitar multas, etc. 
El problema es que la "viveza criolla” no exime de responsabilidad en los magistrados a la hora de defenderse por cometer un delito vial, la ley no lo contempla y caemos en la falta de educación.

Así es que andamos por la vida incrédulos de que la siniestralidad vial pueda afectarnos, siempre echando la culpa al otro, o a las instituciones, sin percatarnos de que todos somos parte de la misma sociedad. Todos seres humanos por igual, somos nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestra familia, nuestros gobernantes, nuestras instituciones, todos partes de una gran sociedad vial que comparte todos los días una comunidad de tránsito como peatones, conductores o pasajeros.

Por eso, la culpa es nuestra cuando no pedimos que se les enseñe correctamente educación vial a nuestros hijos; cuando nos quejamos porque nos piden la RTO o VTV y nos justificamos diciendo que las calles están en mal estado; cuando pasamos semáforos en rojo por un descuido; cuando estacionamos en doble o triple fila porque mi tiempo y mi comodidad cuando voy a buscar los "pibes" a la escuela es más importante que la vida de los demás. 

Si tenemos que pedir algo al Estado, debe ser más firmeza para que la Ley se cumpla. Hagámonos cargo, mañana la víctima podes ser vos.


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