LA MUERTE DE ANDRADE Y LA CONDENA A BALAGUER

¿De qué hablamos, cuando hablamos de justicia?

La condena al policía Cristian Balaguer generó la reacción de un sector de la sociedad, cuestionando a los jueces que entendieron que debía pagar por la muerte de Víctor Andrade ocurrida en septiembre de 2010. Las redes sociales fueron la herramienta escogida por quienes impulsaron la manifestación del viernes pasado, y son también un medio como para que se sigan pronunciando quienes entienden que debió ser absuelto. ¿Justicia a medida o justicia a medias? Un debate para hacer justicia y los peligros de ceder a ciertas presiones.
lunes, 31 de agosto de 2015 · 07:18
(Por José Piñeiro) - La familia, su abogado, y el propio Balaguer, dicen que no hubo intención de matar. Sin embargo, Víctor Andrade murió producto de la lesión que le produjo el proyectil disparado por el policía, y los jueces suelen resolver por los hechos, no por las intenciones que dicen haber tenido los acusados.  

Pero hay un sector de la sociedad que va incluso más allá, justificando la muerte de Andrade por los antecedentes que tendría, aunque la mayoría de los que opinan de esa manera ignoran por completo detalle alguno sobre la vida del muerto, y no podrían mencionar uno solo de los hechos delictivos que dicen habría cometido, porque la verdad es que no conocen ninguno.

De manera velada, algunos parecen estar justificando y reclamando la pena de muerte para quienes delinquen. Ya sea dentro de prisión o ahora en las calles, la vida de algunas personas no tendría el mismo valor si se desarrollan ciertas opiniones. La postura es acompañada incluso por algunos formadores de opinión, y las consecuencias de una derechización de la sociedad en estos temas pueden ser preocupantes.

Además, si ese es el debate, debería decirse con claridad para saber sobre qué punto y con quienes discutimos.

Lo cierto es que en este caso una persona está muerta y un policía fue condenado por el hecho, nadie se anima a decir que no lo mató, pero para algunos el debate es casi si tenía derecho a quitarle la vida. El fallo de los jueces, lejano de la perpetua que pedía la querella y tampoco expresando la absolución que solicitó la defensa; parece no haber conformado a ninguna de las partes.  Salvo los propios jueces, nadie acompaña la decisión del Tribunal. Hay quienes sospechan del intento de conformar a todos, lo cierto es que no se conformó a nadie.

Pero, en ese marco, un cierto tufillo a la pretensión de avanzar sobre las decisiones judiciales parece comenzar a percibirse. Con el objetivo de valorizar la vida y los derechos con distinto precio, según de quien se trate.

Entonces no solo los magistrados, sino la sociedad toda debería opinar y  reclamar. Para que la justicia no se aplique según el gusto del consumidor, sino de acuerdo a las leyes vigentes y al respeto de lo normado. Respondiendo así a la necesidad de establecer pautas para poder vivir en armonía, más allá de opiniones y subjetividades.


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