PSICOANÁLISIS Y SOCIEDAD

TLON, UQBAR, ORBIS TERTIUS, o como recuperar una memoria

Que nos sucede con el pasado, con la historia. ¿Cómo es posible acceder a ellos, es decir a los hechos o acontecimientos que nos precedieron. Cómo sería posible volver tangible en el presente la memoria, el pasado, lo acontecido?
lunes, 27 de marzo de 2017 · 00:00

En el cuento de J.L. Borges llamado: " Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, de 1941, un grupo de eruditos de diversas clases se dedica, durante muchos años, a la obra monumental de crear un mundo imaginario al que llaman Tlon. Crean sus lenguas, su filosofía, religión, ciencia, es decir se trata de una obra minuciosa y vasta, que compilan en varios volúmenes y en la que sobresale la ciudad de Tlon.

La obra literaria permanece oculta hasta que, de manera casual o no, es descubierta por otro grupo de personas que le otorgan una materialidad histórica, la convierten en algo real, en un hallazgo sin precedentes, así Tlon es considerada una antigua civilización que fue recuperada del olvido para ingresar en los anales de la historia de la humanidad. Ese acto causa un efecto inesperado, a medida que la existencia de Tlon se hace pública, poco a poco el mundo real maravillado por la armonía que prevalecía en dicha civilización trata de parecérsele, toma sus ideales, sus religiones, es decir intenta convertirse en ese mundo que nació de una genialidad delirante. De esa forma una ficción única se convierte en una realidad tangible del pasado, lo que determina al mismo tiempo un futuro donde la humanidad finalmente se llamará Tlon.                 

El cuento nos viene a dar un ejemplo de lo que nos sucede con el pasado, con la historia. ¿Cómo es posible acceder a ellos, es decir a los hechos o acontecimientos que nos precedieron. Cómo sería posible volver tangible en el presente la memoria, el pasado, lo acontecido?.

Tenemos claro que el único instrumento que acorta la distancia entre el presente y el pasado es el registro. El registro, la narración compuesta de imágenes y relatos tanto orales como escritos, que representan las piezas de un rompecabezas las cuales son sometidas al análisis de cualquier investigador que se aboque a la reconstrucción histórica de una época, o de algún acontecimiento.

 Dice Paul Ricoeur en su trilogía "Tiempo y Narración”, Paidos, 1999, "re-construir un pasado implica tanto una selección de hechos como su configuración en una unidad significativa”. El historiador selecciona hechos de un conjunto  y efectúa una articulación entre los mismos, se desprende de esa operación un significado, un sentido, en definitiva una interpretación de lo sucedido. Por lo tanto escribimos nuestra historia basándonos en lo que interpretamos de ella.

Nuestra historia es un hecho propio de la lengua. Cuando se escribe la historia de un país, como el nuestro, no solo se basa en la ficción individual de cada uno, también existe una ficción colectiva.

La memoria colectiva es el conjunto de relatos individuales que pertenecen a un grupo social determinado.  En relación a la memoria colectiva Ricoeur plantea que "uno no recuerda solo, sino con la ayuda de los recuerdos del otro, a partir de cuyo relato muchas veces se elaboran los propios”. Se trata de una ficción que se re-construye todo el tiempo a través de las ficciones individuales y viceversa. Dice Ricoeur "una articulación entre la memoria individual y la colectiva permite que las lagunas en la memoria sean recuperadas narrativamente; por el otro dicha articulación se manifiesta también a través de su inscripción en los relatos colectivos.” Halbwachs (1968) llama a esta ritualización "recuerdos compartidos”, porque convierten cada memoria individual (...) en un punto de vista de la memoria colectiva.                 

En la ficción colectiva nacional aún perdura con mucha vigencia la existencia de la última dictadura militar. Imágenes, recuerdos, relatos, son los componentes que dan crédito a los acontecimientos de esa época nefasta. El pasado 24 de marzo se conmemoró el 41° aniversario del golpe militar acontecido en 1976. Todavía en algunas librerías de BS AS puede verse en las exhibidores algún ejemplar de ese documento que se llamó "NUNCA MAS”.

Allí cientos de relatos de vida describen episodios de secuestros, torturas y muertes cometidas por los grupos de tareas que daban cuerpo a la represión ilegal. Todos estos hechos y muchos más que describen esa parte cruel de nuestra historia de forma descarnada, pertenecen todavía a la memoria colectiva, una memoria que se fue edificando con la memoria individual de cada uno. Pero ocurre que últimamente existe una clara intención de reemplazar, o de emplazar una ficción por otra. El debate sobre la cantidad de desaparecidos, la puesta en duda si se trato de un genocidio, enunciados donde se perfila un atisbo de duda en relación a la intencionalidad bárbara que detentaba el proceso militar. Se trata de introducir una reinterpretación de ese pasado, instaurar una otra versión "maquillada”, de dichos acontecimientos.

No cabe duda de que como el pasado es un hecho de lenguaje, las interpretaciones a lo largo del tiempo abrevadas por tales enunciados pueden cambiarlo, convertirlo en algo menos significativo para nosotros. Habría que responder de alguna manera, por supuesto, pero me pregunto: ¿alcanza solo con la reproducción de los mismos ritos todos los años un 24 de marzo?. Tal vez hoy, más que en otras épocas, sería necesario hacer algún tipo de reflexión al respecto.  

Por ejemplo uno de los conceptos clave, que ya es un símbolo, porque engloba en sí mismo la representación de la magnitud genocida que existió en esa época, es la frase "30.000 desaparecidos”.  

Cada tanto esa cifra es puesta en duda, como si la gravedad de los hechos dependiera de la cantidad  más o menos de desaparecidos,  pero si, se discute, y con ello la veracidad entonces de lo que enuncia. Responder solo desde la  desaprobación, hoy tal vez no alcanza, habría que empezar a transitar las fuentes, investigar, escarbar más. La cifra de 30000 desaparecidos dicen que surgió de la boca de algún político, militante, o oportunista que quiso sintetizar un número para simbolizar la magnitud del genocidio, con ese dato quieren abrir el debate.

En realidad la cifra de 30000 desaparecidos no surge de la boca de nadie como dijo el Subsecretario Actual de Derechos Humanos, tratando de justificar que en realidad se trataban de muchos menos. Esa cifra nace de varias fuentes: 1.- La cantidad de sitios clandestinos de detención y exterminio en todo el país que superaron el número de 500.-2.- Las estimaciones sobre el número de prisioneros que hubo en los grandes centros de detención como la ESMA, Campo de mayo, la Perla, El Batallón de Tucumán, El Olimpo, El atlético, etc. que superaron el número registrado por la CONADEP y La Secretaría de Derechos Humanos. 3.- El número de integrantes de las estructuras militares afectadas a la represión ilegal durante todo el período dictatorial que superaron los 150.000 hombres.4.- Los propios informes militares que indicaban con anterioridad al golpe militar que detentaban una lista de más de 30000 personas a eliminar. 5.- Lo informes de la embajada norteamericana haciendo constar que en el año 1978, los jefes de la dictadura argentina les habían informado que ya alcanzaban el número de 22000 víctimas ejecutadas. Es decir cinco años antes de su dimisión.  (*) Datos extraídos de la carta que Eduardo Luis Duhalde le envió a Graciela Fernandez  Meijide en el año 2009.                 

También, existen funcionarios de que dudan de que la dictadura militar nunca  sostuvo un plan sistemático de exterminio, junto con la destrucción de la matriz económica y social del país. Dicen que se trató del resultado de un proceder "caótico”. Para ello basta refrendar un poco la historia.

El advenimiento de la 6ta dictadura que el país sufrió en 1976, contó por primera vez con la anuencia y la participación de manera articulada de las tres fuerzas, Ejército, Fuerza Área, y Marina. El gral. Videla en ese entonces tres meses antes de que se ejecutara el golpe le advierte en un acto patrio a María Estela Martinez de Perón, que si no se cambia el rumbo económico del país, se tomaran las medidas necesarias al respecto.

El 24 de marzo fue el día en el que más secuestros se efectuaron, y el 29 de marzo Videla ya juraba como presidente de un gobierno de facto. Donde se podría pensar en este entramado de hechos sucesivos un modo de actuar caótico. Más bien todo dice lo contrario.  

El ritual ayuda, pero también la permanente investigación de lo acontecido. Necesitamos no solo reproducir sino alimentar nuestra memoria, porque eso fortalece su legitimidad para hacer frente a los embates de quienes necesitan que esa ficción sea otra.

Ya sabemos que cada ficción termina por instaurar una colectiva. Nuestro propio esfuerzo por buscar esa verdad coopera para que el olvido no apague las luces que nos pueden iluminar un futuro mejor.

Si dejamos que solo el ritual sostenga una memoria colectiva es probable que en el futuro poco a poco el ritual se deteriore, y el mundo se convierta en un lugar donde nuestros derechos ya no existan. Seguir buscando esa verdad para enriquecer nuestra ficción colectiva es consolidarla para que las generaciones futuras continúen diciendo: "NUNCA MAS”.

                                                                                                                                                                                                                    Enrique Ortiz                                                                                                                                                                                     Psicólogo. Miembro del IOM II                                        

 

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