[momento en familia]
Cómo enseñar a los más chicos a ordenar jugando
Los hábitos de orden en los más chicos pueden incorporarse de a poco y lúdicamente si se aborda este momento importante en familia. Mirá algunas recomendaciones.Enseñar a los más chicos a colaborar en las tareas del hogar trae beneficios para toda la familia. Pero, ¿cómo empezar a inculcarle estas responsabilidades a los más pequeños?
Transformar las tareas domésticas en un juego puede ser la clave para crear buenos hábitos de orden y limpieza dentro y fuera de casa.
A partir de los dos años, los más chiquitos ya son capaces de tener pequeñas responsabilidades en los quehaceres domésticos y , como siempre, depende de los adultos incentivarlos a darles valor a estas actividades de manera sana y divertida.
Usar el juego como herramienta de aprendizaje, es la principal estrategia. El juego, como actividad de esparcimiento, es uno de los momentos más alegres y de estimulación para los niños. Cualquier tarea enfocada desde esta perspectiva, tendrá mejores resultados a largo plazo.
Algunas ideas para implementar
Dar una pauta: levantar los juguetes imitando los movimientos de un robot. El roleplay es una forma de estimular su imaginación y funciona para niños de diversas edades.
Adaptar un juego que ya conozcan: el clásico juego de la estatua puede servir muy bien a la hora de levantar los juguetes del piso y ponerlos en su lugar. Tirar los dados para ver qué le toca ordenar a cada uno.
Incluir la música como elemento: preparar una playlist con canciones movidas que a los chicos les encanten y proponer que el momento de la limpieza sea a su vez un evento en familia que todos disfruten.
Involucrarlos en la decoración de su cuarto: a los chicos más grandes, darles la oportunidad de aportar en la creación de su propio espacio, puede resultarles muy entretenido y gratificante. Así, también aprenden a valorar y querer mantener su lugar prolijo y ordenado.
Volverlo didáctico: si están aprendiendo los colores, proponerles agrupar la ropa para lavar por colores es una fantástica idea. “Además, es una buena ocasión para que los niños comiencen a familiarizarse con los aparatos de su casa, y conozcan las funciones: ¿cómo se utiliza el lavarropas? ¿para qué sirve cada programa? ¿por qué debemos separar las prendas? ¿cómo se centrifuga la ropa? Son preguntas que podemos responder jugando y que aportan una herramienta extra a su futura vida adulta”, explica Natalia Borgoglio, Jefa de Marketing de la empresa Midea.