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Desarrollan fármaco para el miedo de los perros a fuegos artificiales

El nuevo producto podría ser la solución para el problema que sufren las mascotas durante los ruidosos festejos navideños. Se trata de un nuevo gel oral llamado dexmedetomidina, que tiene efectos sedantes y analgésicos y que podría ser administrado por los propios dueños en el hogar con la prescripción de un veterinario.
martes, 7 de noviembre de 2017 · 06:29

Un grupo de científicos desarrollaron un tratamiento médico para los temblores, taquicardia y gimoteos que sufren los animales al escuchar fuegos artificiales, aliviando el estrés.

Se trata de un nuevo gel oral llamado dexmedetomidina, que tiene efectos sedantes y analgésicos y que podría ser administrado por los propios dueños en el hogar con la prescripción de un veterinario.

Por ahora, el tratamiento está disponible sólo en Reino Unido, pero ha demostrado una alta efectividad en el alivio del estrés y la ansiedad en los perros asustados por fuegos artificiales.

La efectividad del fármaco se demostró en una prueba hecha durante Año Nuevo del año 2012; y algunos perros con un historial de ansiedad aguda y miedo asociado con el ruido de fuegos artificiales recibieron gel dexmedetomidina, mientras que otros fueron tratados con placebo.

Los expertos afirman que los ruidos de los fuegos artificiales puede dañar la salud de las mascotas, motivo por el cual un grupo de investigadores desarrolló un fármaco que alivia el estrés y ansiedad de los perros causado por cohetes.

Según encuestas, cerca del 49% de las personas afirma que sus perros muestran miedo a los fuegos artificiales y en todos los casos, este miedo genera una gran ansiedad en las mascotas.

Científicos de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, confirman en un estudio reciente publicado en la revista Veterinary Record, que no tratar los síntomas provocados por el miedo excesivo a los fuegos artificiales, puede tener serias consecuencias en los perros.

“La ansiedad puede afectar negativamente a la salud física, mental y social del perro y por lo tanto, reducir su calidad de vida”, detalla el estudio.

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