RECLAMA UNA POLÍTICA DE ESTADO INTEGRADA

Bertotto vuelve a la carga con temas antárticos

El reconocido especialista en temas antárticos Alejandro Bertotto expuso ideas para una organización antártica nacional acorde a los tiempos una estructura moderna, ágil, eficiente, civil y de conducción horizontal.
jueves, 3 de diciembre de 2015 · 03:16

Según destaca el propio Alejandro Bertotto, "después de más de medio siglo de vigencia de este sistema de conducción, debemos romper el peligroso equilibrio reinante por el conformismo de las diversas instituciones que ostentan la responsabilidad de la conducción de la actividad polar en nuestro país”.

 

"Es conocido por obvio y reconocido por quienes aunque sea superficialmente han participado del sistema que en nuestro país no existe una Antártida, una política antártica, una conducción antártica, sino que muy por el contrario existen por cada institución una Antártida diferente, con objetivos distintos y políticas propias, todas empleadas para salvar los intereses de esas mismas instituciones que no siempre son los más adecuados para la República Argentina”.

 

Ampliando los conceptos enunciados en informes anteriores "debemos remarcar que es imperiosamente necesario actualizar el organismo de conducción de la temática antártica para permitir que la misma satisfaga las necesidades de nuestro país, la vigencia del concepto de Antártida latinoamericana y la participación de países de Latinoamérica en forma conjunta en el quehacer antártico nacional”, señala Bertotto.

 

"Sin perder más tiempo en analizar lo que ya todos sabemos que no sirve, quiero presentar a modo de ideas, propuestas o simplemente de cuestiones a considerar, algunos conceptos que creo son insoslayables contemplar para el logro de una organización política antártica que genere acciones acordes a los tiempos en que vivimos, la política nacional vigente y los intereses nacionales que, aunque postergados en el pasado, hoy deberían ser materia prioritaria de nuestro país”.

 

"Sumado a la necesidad de mencionar en el futuro a nuestros asentamientos antárticos como Estaciones Científicas o Antárticas, debemos considerar en primer término si la temática antártica debe estar incluida o no en la agenda nacional. Esto es, si el dictado y ejecución de la política antártica nacional deberá ser conducida por el primer nivel de responsabilidad política del país o si seguirá siendo un grupo de ‘quintas’ institucionales relegadas a estratos administrativos de tercer o cuarto nivel”.

 

 

"En el mundo de los países antárticos –explica Bertotto- con los cuales nos interesa competir o compararnos este tema es un tema de interés nacional excluyente, como muestra de ello podemos observar el funcionamiento de esta cuestión en nuestro hermano país, la república de Chile, allí el órgano director de sus políticas antárticas es un consejo asesor del que participan ministros del gabinete nacional, la autoridad política de la región que reivindica el sector antártico como propio y especialistas en educación, ciencia y tecnología y en protección ambiental, todos ellos tienen la misión, fundamental, de asignar objetivos, medios y presupuestos para la consolidación de sus acciones antárticas”.

 

Observó que también Chile, en el último lustro se esforzó en trasladar su Instituto Antártico a la ciudad de Punta Arenas "corriendo claramente el centro de gravedad de sus acciones desde la capital trasandina al que es su puerto antártico por excelencia. Y, por último también nuestros vecinos han incluido de manera protagónica en las decisiones específicas a la región de Magallanes y Antártica Chilena, su primer mandatario regional es parte activa del consejo antártico nacional”.

 

Por otra parte "en ese país se fomenta la participación de empresas privadas en la prestación de servicios específicamente antárticos, tanto por modo aéreo como marítimo, habiendo inclusive facilitado –en su momento- la adquisición de su ex buque oficial ‘Piloto Pardo’ para ser reciclado como buque de turismo austral en manos privadas”.

 

"No se trata de copiar, en todo caso de aplicar conceptos que no son nuevos, pero si novedosos en su instrumentación. ¿No debería tener la Argentina un organismo de conducción? De existir, debe estar bajo la supervisión del mismísimo Presidente de la Nación, a través de la jefatura de gabinete e incluya a sus ministros de economía, educación, interior, relaciones exteriores y defensa, además de especialistas de ciencia y tecnología, protección ambiental, etc. y fundamentalmente que el gobernador de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico Sur, participe y asigne responsabilidades, misiones y el presupuesto necesario para el funcionamiento del sistema”.

 

"Si la Antártida, como decimos, es eje de desarrollo económico y humano, ¿no debería la sociedad civil participar mas activamente en el sistema? ¿Cuáles son las causas, en el siglo XXI, para que el 90 % del personal participante de las campañas antárticas sea personal militar en actividad? ¿No hay personal civil capacitado para, acompañando a los experimentados hombres de armas, sostener con efectividad el accionar antártico argentino?”

 

Confió que "personalmente creo que sí lo hay, pero más aún, creo que si no empezamos a hacer experiencia con civiles jamás vamos a encontrar suficiente gente capacitada para ello. Es hora de asegurar que al menos el 50 % de los miembros de las dotaciones antárticas en estaciones y naves, sean especialistas y/o profesionales civiles, hombres y mujeres”.

 

"La experiencia antártica argentina y las facilidades que ella misma nos da, sumado a la bendita oportunidad de contar con el puerto (Ushuaia) de mayores ventajas comparativas para la operación antártica y la cercanía del mayor simulador de ambiente geográfico, como los son los Hielos Continentales, ameritan una orgánica que de el mayor aprovechamiento al sistema y no como en la actualidad que el asentamiento real de nuestro único buque polar –cuando navegaba- fuera Puerto Madero, el Puerto de abastecimiento del sistema es el Puerto de Buenos Aires y la escuela de capacitación antártica esta enclavada en el corazón de la ciudad autónoma de Buenos Aires”.

 

"Por esto, porque estamos viviendo una operativa específica anárquica y de dudosa efectividad y rentabilidad (costo-beneficio), producto de la sin razón administrativa del gobierno saliente, es que considero que el nuevo sistema antártico argentino debería fundarse en un órgano nacional (Sin cargos rentados) que imponga objetivos, medios y presupuesto, y, un ente profesional específico, que administre, en la forma más horizontal posible, la actividad antártica incluyendo la ciencia, la logística, la capacitación, la participación empresaria y que por supuesto, se localice en la capital fueguina”.

 

"Si la argentina empieza a funcionar así, entonces sí la Actividad Antártica le podrá entregar a la Cancillería Argentina herramientas para sustentar con orgullo y fundamento los más altos intereses de la Nación en el continente blanco. "En bien de la ciencia, la cooperación internacional, la protección ambiental y por sobre todo para que el pueblo de la provincia y de la nación pueda sentirse partícipe de una real y positiva gesta antártica”, finaliza el especialista.

 

Alejandro Bertotto, fue director de Antártida de la provincia de Tierra del Fuego y ex jefe de la Base San Martín en 1993.

 

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