Desde la fuerza política nacional mencionada se advirtió que la postura del Presidente argentino constituye "una grave fractura a nuestra histórica bicontinentalidad, que daña especialmente la proyección antártica y la posición argentina en el Atlántico sur, como así también el control del paso bioceánico y las condiciones de vigilancia de nuestras Islas Malvinas, usurpadas por Gran Bretaña bajo su política colonial”.