ETNOPSIQUIATRÍA COMO MÉTODO

¿Los hechizos de amor funcionan?

Tobie Nathan, experto en etnopsiquiatría, asegura que los poderes mágicos sirven para unir o desunir el destino amoroso de dos personas.
lunes, 27 de abril de 2015 · 08:45
Aunque parezca sacado de un libro de leyendas, un psiquiatra francés afirma que "la pasión de amor que siente uno es el resultado de las prácticas que realiza el otro". Y a veces esas prácticas incluyen magia, amuletos o la intervención de espíritus invisibles para casi todos.

"No nos enamoramos al ritmo de encuentros ni nos cautiva el atractivo de un cuerpo; no es el rostro dulce, ni la belleza del alma lo que nos enamora, sino que somos objetos de una deliberada captación. Talismanes, pócimas, perfumes, oraciones, ritos, palabras esotéricas, alimentos o brebajes" son parte de los métodos para despertar el enamoramiento, afirma el experto en su nuevo libro llamado Embrujos de amor. "Miraré al enamorado como al cazador y al amante como una presa, aunque haya veces que el cazador se convierte en la presa de su víctima", dice.

Tobie Nathan es el referente más conocido de la "etnopsiquiatría", una disciplina que analiza al paciente y su enfermedad dentro del contexto socio-cultural del que proviene, lo que puede incluir prácticas diversas para llegar a la curación.
 
Tal vez es por eso que ha escrito un libro en el que enlaza tradiciones que vienen desde las primeras civilizaciones de la mesopotamia al presente, para demostrar que el amor es "un terrible veneno, algo en lo que es mejor no excederse".

¿Vale la pena hacer una pócima o embrujo para que alguien se enamore de uno? ¿Funciona? ¿O genera un amor no genuino, que jamás se equiparará al verdadero? Nathan intenta caminos alternativos, arriesgados, para dar una respuesta a este interrogante. "Lo que buscan las magias amorosas no es un amor razonable y estable, sino pasión amorosa. Los antiguos griegos tenían dos palabras: filia, el amor durable, que también puede traducirse como amistad, y eros, la pasión, el deseo en su forma pulsional, la locura amorosa. Evidentemente, la magia amorosa busca producir eros. Mientras el amor razonable, el que reúne a dos personas en el seno de una pareja en un proyecto familiar, puede ser resultado de una reflexión y revelarse fundado en la razón, la pasión amorosa se manifiesta como la ocupación de uno mismo por otro".

"La pasión producida por una magia a veces puede evolucionar hacia el amor durable. Eros se transforma en filia. Pero eso no implica que su desencadenamiento necesite menos de la acción de un tercero. Las pasiones deben ser eficaces, porque la casi totalidad de las culturas tradicionales así lo piensan. Y no quiero hablar sólo de la antigüedad donde, como lo demuestro ampliamente en mi libro, esta teoría era omnipresente entre los asirios, los egipcios, los griegos, los romanos, en el Occidente medieval (Tristán e Isolda), en la filosofía árabe (Leyla y Majnun). Esta convicción de que la magia amorosa es eficaz también ocupa un vasto lugar en el pensamiento tradicional indio y chino, sin hablar de las culturas africanas, donde se la considera una de las principales técnicas de brujería", explica.

"Es recién con el pensamiento mayoritario del Occidente industrializado que esta idea desapareció para dejar sitio a la de un deseo que nace ‘al azar de un encuentro. Modernos que ignoran, por ejemplo, las técnicas de marketing, en las cuales reconocemos la posibilidad de influir a distancia en el deseo del consumidor. Es por eso que no presto atención a los pensamientos ordinarios que me devuelven las letanías de la prensa del corazón y la vulgaridad de un psicoanálisis infantilizante. En mi libro considero que la pasión amorosa que experimenta una persona es resultado de las prácticas de otra persona", agrega.

"Hay modos para hacer que otro esté loco de amor", dice Nathan en su libro. Y, sin embargo, todos esos modos parecen pertenecer a mundos esotéricos muy distintos de los de nuestras realidades citadinas. Mezclas y ecuaciones que van más allá de nuestras posibilidades.
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