INCREÍBLE DESARROLLO

La "memoria 5D" podría guardar la historia de toda la humanidad

Se trata de una tecnología increíblemente potente, sofisticada y, sobre todo, duradera. Podría superar la extinción de toda nuestra raza.
sábado, 20 de febrero de 2016 · 06:00

Los investigadores de la Universidad de Southampton confirman que su memoria 5D, en cinco dimensiones, podría durar para siempre.

Y sería tan densa que podría abarcar prácticamente todo. Ya en 2013 demostraron que su tecnología no solo es posible, sino también viable. Una tecnología capaz de sobrevivir a 1.000ºC de temperatura, virtualmente inmortal y capaz de abarcar Terabytes de información fácilmente. ¿En qué consiste semejante tecnología?

El centro de optoelectrónica de la Universidad de Southampton (ORC, por sus siglas en inglés) presentó en 2013 un modelo tecnológico para el almacenamiento de información en cinco dimensiones.

Para ello se utilizan cristales nanoestructurados en los que se puede almacenar información gracias a un láser de escritura en femtosegundos (lo que quiere decir que es rapidísimo, mucho más de lo que podamos imaginar).

Por el momento esto permite grabar información en "discos" de 360TB, resistentes hasta los 1.000ºC, estables durante 13.8 mil millones de años a 190ºC y prácticamente imperdibles a temperatura ambiente. Por tanto, esta tecnología podría suponer un antes y un después para organizaciones y entidades cuyos datos han de almacenarse en grandes cantidades y de una manera ultra segura.

¿Cómo funciona?

Para pode guardar la información de semejante manera, se necesita un láser ultra-rápido, que funciona lanzando impulsos extremadamente intensos en periodos de tiempo de femtosegundos.
 
En un segundo, para que nos hagamos a la idea, caben mil billones de femtosegundos (10 elevado a la 15). La intensidad del láser no podría mantenerse mucho tiempo sin consumir una energía prohibitiva.
 
De ahí que la reacción sea tan increíblemente corta. El láser graba la información en puntos de tres capas de puntos nanoestructurados en el cristal y separados entre sí por cinco micrómetros (en un metro caben un millón de micrómetros). La nanoestructura cambia la manera que tiene la luz de viajar a través del cristal, modificando la polarización de la luz que puede ser leída por un microscopio óptico con un polarizador.
 
El proceso es, grosso modo, similar a lo que ocurre con las gafas polarizadas, pero con la ayuda de un microscopio. Estas estructuras cristalinas están hechas de cristal de cuarzo fundido y ordenado, detalla el sitio hipertextual.com.

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