Es la receptora de trasplante de rostro más joven con 21 años

Katie Stubblefield tenía 18 años el día que decidió suicidarse. Fue un 25 de marzo del 2014: se disparó con un rifle en la cara.

Destruyó su rostro, pero la joven logró sobrevivir. Ese día empezó una carrera médica que hoy continúa, después de que se convirtiera en la receptora más joven de un trasplante de rostro en Estados Unidos.

Su historia fue registrada por National Geographic que la acompañó durante más de dos años en todo el proceso.

El trasplante fue largo. Como el disparo destruyó gran parte del rostro de la jovencita, hicieron falta 22 operaciones antes de implantar la nueva cara.

La donación del rostro se realizó gracias a la voluntad de Sandra Bennington, abuela de Adrea Schneider, una mujer de 31 años que había fallecido.

Al enterarse que era compatible, dio el permiso para ceder sus tejidos y órganos. Adrea estaba registrada como donante y su corazón, pulmones e hígado también salvaron vidas a otras personas de diferentes estados norteamericanos.

La intervención se hizo entre el 4 y 5 de mayo del 2017, duró 31 horas y los médicos debieron cambiar de plan a mitad de la operación.

Originalmente habían pensado hacer un trasplante parcial, pero una vez en el quirófano vieron que sería mejor hacerlo completo, ya que había diferencias de tamaño y tono de piel entre la donante y Katie. 

La intervención completa incluyó frente, párpados superiores e inferiores, cuencas del ojo, nariz, boca y labios, las mejillas, la mandíbula superior y parte de la inferior, dientes y músculos faciales, detalla Diario Panorama.

Cuando se sometió al trasplante Katie tenía 21 años, por lo que se convirtió en la receptora más joven de un trasplante de cara en los Estados Unidos.