¿LO SABÍAS?
Por qué los chicos se vuelven "chinchudos" desde los 2 años
Esta forma de manifestarse es común a todos los chicos de dos años, que culmina a los cuatro, cuando ya pueden expresarse de manera más clara.
La mayoría de los chicos que se aproximan a los dos años entran en una fase denominada “adolescencia de los bebés”.
Así los padres se encuentran frente a un menor con voluntad propia que hace un berrinche si no cumplen con sus deseos.
La buena noticia es que no solo es normal, sino una parte crucial de su desarrollo. Y lo aprendido a esa edad, ayudará a moldear cómo lidiará con sus sentimientos en la vida adulta.
“Es una fase en la que el niño hace descubrimientos increíbles y gana una enorme capacidad de interacción”, dijo Ross Thompson, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Davis.
“Pero las áreas de autocontrol en su cerebro aún no se han desarrollado”, agregó Thompson y puntualizó: “Lo más importante es que los padres entiendan que ese niño es simplemente incapaz de controlar sus emociones. Ese entendimiento los ayudará a ver la situación de forma más constructiva, y no pensar en que se trata de un desafío”.
“No sirve solamente decirle que se calme, porque su cerebro es incapaz de responder a esa instrucción. Depende del adulto el ayudarlo a poner sus sentimientos en palabras y manejarlos”, agregó Thompson.
Por su parte, la docente Elisama Santos aportó: “El niño comienza a darse cuenta de que no es una extensión de sus padres, sino una persona con sus propios deseos. Y a esos nuevos deseos se suma una intensa frustración, acompañada de llanto”.
La maduración del control emocional en el cerebro perdura hasta alrededor de los 20 años, pero la fase más crítica de esta “adolescencia de los bebés” se acaba a los cuatro años, cuando el nene aumenta su repertorio para expresarse y hacerse entender de otras maneras.
“Si los padres se dejan llevar por la rabia y castigan a sus hijos, las situaciones tienden a salirse de control”, asegura Claire Lerner, una consejera parental, y agrega: “Si en vez de eso actúan con calma y empatía y le ofrecen estrategias al niño, él aprenderá herramientas para lidiar con sus emociones, algo que lo ayudará en la vida adulta”.
