POR EL MUNDO
London Eye: la vuelta que transforma tu mirada de Londres
Ubicada frente al Támesis y con vistas de 360° a la ciudad, la noria más famosa del Reino Unido ofrece una experiencia visual inolvidable. Historia, arquitectura y emoción en lo alto de Londres.A orillas del río Támesis y frente al majestuoso Palacio de Westminster, se alza una de las atracciones más emblemáticas y visitadas del Reino Unido: el London Eye. Esta impresionante rueda de observación —que alcanza los 135 metros de altura— no solo redefine el skyline de la capital británica, sino que ofrece una de las experiencias panorámicas más impactantes del mundo.
Una postal de 360 grados
Subirse al London Eye es mucho más que dar una vuelta: es una invitación a ver Londres desde una perspectiva completamente nueva. Desde sus cápsulas de vidrio, que giran lentamente durante 30 minutos, se pueden observar monumentos icónicos como el Big Ben, la Abadía de Westminster, el río Támesis serpenteando la ciudad, el Shard, el Puente de la Torre y, en días despejados, hasta el Castillo de Windsor.
¿Por qué vale la pena visitarlo?
Porque combina tecnología, diseño y una vista privilegiada de la historia viva de Londres. Es ideal tanto para quienes visitan por primera vez como para quienes ya conocen la ciudad y desean redescubrirla desde lo alto. La experiencia es serena, apta para todo público y accesible. Además, su ubicación céntrica permite combinar la visita con un paseo por South Bank, una zona vibrante repleta de teatros, museos y bares a la vera del río.
Un ícono de la ingeniería moderna
Inaugurado en el año 2000 como parte de las celebraciones del milenio, el London Eye fue, durante varios años, la noria más alta del mundo. Su estructura de acero y sus 32 cápsulas climatizadas simbolizan el avance de la ingeniería británica. Curiosamente, cada cápsula representa un distrito del Gran Londres.
Información útil
Una experiencia que queda en la memoria
El London Eye no es solo una atracción turística: es una experiencia sensorial, un momento de pausa en el ritmo frenético de la ciudad y una forma única de conectar con Londres desde las alturas. Para quien viaja a la capital británica, es una parada obligada. Y para quien ya estuvo, siempre hay una buena razón para volver a subirse y mirar todo con nuevos ojos.