La tregua forma parte de los esfuerzos de El Cairo para poner fin a un mes de enfrentamientos entre Israel y las milicias palestinas de Gaza que terminaron en más de 1800 muertes palestinas y 65 israelíes, y que fue aceptada por el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu.
"Nos hemos situado detrás de la verja fronteriza. Por ahora no desmovilizamos a nadie. Si disparan responderemos", dijo hoy un alto mando israelí citado en la web del diario Yediot Aharonot.
Minutos antes de la entrada en vigencia del alto el fuego, las milicias palestinas dispararon varias andanadas de cohetes contra los principales centros urbanos israelíes.
Las alarmas sonaron en una treintena de localidades en la línea costera desde Gaza a Tel Aviv y alrededor de Jerusalén.
El sistema Cúpula de Hierro derribó cohetes encima de las ciudades de Ashdod y Rishon Letzión, y la localidad de Merhavim, mientras en torno a Jerusalén se registró el impacto de al menos dos en los distritos palestinos de Belén y Hebrón, sin que se informe de víctimas, informaron fuentes militares.
El Ejército israelí ya había retirado la mayor parte de sus fuerzas en Gaza entre el sábado y el domingo pasados, pero todavía quedaba un contingente de infantería y de blindados en el sur de la Franja, alrededor de la ciudad de Rafah.
Si prospera en esta ocasión la interrupción de hostilidades durante tres días, una delegación israelí visitará El Cairo para abordar un acuerdo global.