CONDENADO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA

Le otorgaron prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz

El ex comisario de la Bonaerense, de 88 años, vivirá en su chalet en el Bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata. Sobre él pesan condenas por robo de bebés, asesinatos, torturas, secuestros y desapariciones, entre otros delitos.
jueves, 28 de diciembre de 2017 · 12:50

El Tribunal Oral Federal 6 concedió el beneficio de la prisión domiciliaria al ex represor de la última dictadura cívico eclesiástica militar, Miguel Etchecolatz, quien tiene seis condenas por la comisión de delitos de lesa humanidad.

Los jueces José Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero determinaron que el arresto domiciliario se lleve a cabo en su casa de Mar del Plata, "en el inmueble ubicado en la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas, en el Bosque Peralta Ramos" de la ciudad balnearia.

Según explica el fallo, los magistrados concedieron el beneficio al multicondenado represor de 88 años por su avanzada edad pero también por su deteriorado estado de salud. Etchecolatz había sufrido a fines de agosto un accidente cardiovascular en el Penal de Ezeiza donde estaba detenido.

Como jefe de Investigaciones de la policía de la Provincia de Buenos Aires durante la última dictadura, Etchecolatz fue mano derecha del también siniestro represor Ramón Camps. El represor, quien fuese jefe de centros clandestinos de detención, está condenado, entre otros delitos, por el robo de bebés, asesinatos, torturas, secuestros y desapariciones.

Cabe recordar también que Etchecolatz es uno de los principales sospechosos de la desaparición de Jorge Julio López en 2006, luego de que este prestara testimonio en su contra.

Etchecolatz solo podrá salir de forma excepcional por razones de urgencia médica, debiendo acreditar dicha circunstancia ante el tribunal. Además tiene prohibida la "tenencia de armas de cualquier tipo en el domicilio consignado para cumplir el arresto". 

La decisión de los magistrados fue rechazada por organismos de derechos humanos, como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre e Hijos, y abogados expertos en lesa humanidad.
 

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