Tras el brutal asesinato de Micaela García -ocurrido este sábado en Gualeguay- que conmocionó a un país entero, ayer se realizó una emotiva despedida, con el ferétro colocado en el medio del gimnasio del Centro de Educación Física N°3, de aquella localidad entrerriana.
Sin embargo, el punto cúlmine fue en horas de la tarde cuando, a través de un llamado telefónico al celular del papá de Micaela, se comunicó Carlos Alberto "el Indio" Solari, mítico líder de Los Redonditos de Ricota, banda de la cual su hija era fanática.
Tanto es así, que la joven había asistido al trágico recital que el músico brindó -semanas atrás- en la ciudad de Olavarría, que culminó con dos muertos y varios heridos. "Estoy llamando para estar con ustedes, simplemente, de alguna manera", manifestó Solari, a quien pusieron en altoparlante, para que todos los presentes lo pudieran escuchar.
Luego, el músico adoptó un tono algo más reflexivo: "Como siempre, los buenos se van antes, quedamos nosotros acá", llegó a decir, para agregar que estaba "medio coartado de hablar por problemas legales", en clara alusión a los sucesos de Olavarría.
En ese momento Andrea Lescano, la madre de la joven, tomó el teléfono y se dirigió al cantante: "¿Te puedo pedir un gran favor? Mica fue a tu último recital y vino muy enojada con vos porque no cantaste 'Juguetes Perdidos'. ¿No podrás, aunque sea, cantar un regloncito para ella?", le rogó.
Allí, el "Indio" entonó algunas estrofas del tema de su autoría, para interrumpirse con discupas por olvidarse la letra, ya que, según sus palabras "ya está grande".
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