Debate y polémica

Mujer asaltada por dos chicos de 7 y 8 años pidió adoptarlos

Se trata de una madre de 10 hijos, quien fue sorprendida en su domicilio por dos infantes que intentaron sustraerle una bicicleta, portando una réplica de pistola. Conmocionada por el episodio, su reacción fue por demás inesperada: "Si no tienen donde vivir, me los agarro para mí", expresó.
miércoles, 6 de marzo de 2019 · 20:07

Un resonante suceso policial culminó de manera inesperada y provocó gran impacto en la comunidad de todo el país, luego de un intento de asalto en una vivienda particular perpetrado por dos menores de 7 y 8 años, "armados" con un revólver de juguete.

 

El hecho ocurrió en un domicilio de la localidad de Pérez, Santa Fé (Gran Rosario), donde estos dos chicos intrusaron en el patio con la finalidad de llevarse una bicicleta. Momento en el cual fueron sorprendidos por su propietaria, una mujer de unos 55 años.

 

Sin embargo y tras constatar que el arma no era real, la dueña se compadeció por la situación, habida cuenta que estos pequeños "ladrones" en realidad eran dos niños de la zona, que viven bajo condiciones de suma pobreza.

 

"Es tan efectiva la policía que tardó dos horas... Ellos estuvieron ahí descalzos, con frío y yo le digo a mi nene: 'buscame dos remeritas para estos chicos'. Después le dije a mi marido: 'mirá negro, si no tienen donde vivir, yo los agarro para mí", relató Evangelina Sotelo -la víctima- al programa del histórico conductor Fernando Bravo, por Radio Continental.

 

Esta rosarina, quien ya tiene 10 (diez) hijos propios, añadió que cuando le preguntó a los niños que habían intentado asaltarla por su mamá y papá ellos "no sabían qué contestarle", y que uno llegó a decirle que su papá estaba preso.

 

Según informó el portal Cadena3.com, el hecho se registró de madrugada -alrededor de las 6- y Sotelo les ofreció unos mates en su cocina, hasta que llegó la Policía.

 

Vale recordar que, días atrás, otro menor de 8 años había intentado asaltar una joyería en la localidad de Moreno (Buenos Aires), también munido de una pistola de juguete. Terminó siendo llevado a la vereda llorando por el propio dueño del local.

 

 

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