El siniestro fue generado por internos en el SUM de la Alcaidía Central

Varios reclusos produjeron desórdenes y quemaron varios colchones como medida de protesta

El intento de motín se originó -este viernes por la tarde noche, en el SUM de la Alcaidía ubicada en Deloqui y Lasserre- ante la negativa del traslado de un recluso a la unidad de Detención de Río Grande. Varios reclusos inhalaron gases tóxicos y uno de ellos tuvo que ser trasladado al Hospital. Personal del servicio Penitenciario controló la situación.
sábado, 18 de julio de 2015 · 02:51

Importantes daños sobre el mobiliario y varios reclusos con problemas respiratorios al inhalar gases tóxicos, fue el saldo de un motín generado -este viernes por la tarde noche, en el SUM de la Alcaidía ubicada en Deloqui y Lasserre- por un grupo de reclusos en la Alcaidía de Ushuaia.

 

Durante la protesta –que tuvo lugar por la negativa del traslado de un recluso a la unidad de Detención de Río Grande- los internos quemaron varios colchones, en el edificio donde además funciona la Jefatura de la Policía.

 

Todo comenzó cuando uno de los reclusos identificado como Carlos Calderón, comenzó a provocar desórdenes y quemar colchones en medida de protesta ya que solicitaba que fuera enviado a la unidad de Detención de Río Grande.

 

Pronto se sumaron otros reclusos, de hecho actualmente personal penitenciario analiza las conductas de los internos Villarreal, Encina, González y Maidana quienes finalmente fueron reducidos por el grupo de antimotines del Servicio Penitenciario.

 

Apenas iniciada la revuelta se solicitó la presencia de bomberos, en tanto paralelamente se iniciaban los protocolos para este tipo de hechos.

 

Así se constituyó de inmediato el Director del Servicio Penitenciario, Sergio Diéguez, quien se puso al frente de las actuaciones.

 

Mientras tanto y a modo preventivo personal de la Comisaría primera procedió a cortar el tránsito en la zona y resguardar el perímetro de la Alcaidía ante la probabilidad de que algún recluso intentara fugarse.

 

Sin embargo personal penitenciario sofocó el incendio con extinguidores y recuperó el orden del lugar.

 

Paralelamente los bomberos realizaron las tareas de sofocación y evaluación de daños, constatando que las paredes estaban cubiertas de tizne y los vidrios de algunas ventanas habían sido destruidos.

 

Una hora y media después la situación había sido controlada completamente, con el saldo de un interno derivado al hospital, aunque minutos después fue dado de alta.

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