USHUAIA

Compañeros del efectivo que se suicidó denuncian abandono por parte de la Jefatura de la Policía Provincial

El agente que se disparó en la cabeza estaba procesado por "abuso sexual" y "lesiones agravadas" en una causa penal por un grave episodio de Violencia de Género.
lunes, 22 de marzo de 2021 · 11:59

Un agente de la Comisaría Primera de Ushuaia que se encontraba en situación de disponibilidad se suicidó de un tiro en la cabeza este domingo durante la madrugada. Para hacerlo, utilizó un arma de fuego reglamentaria, propiedad de otro efectivo con el que convivía. 

El policía que se disparó se llamaba Germán Alejandro Cáceres y tenía 33 años de edad. Estaba procesado en una causa penal por “lesiones agravadas” y “abuso sexual” por un grave episodio de Violencia de Género con su ex pareja, también policía.

Luego del suicidio, sus compañeros de tareas denunciaron “abandono” y “falta de asistencia psicológica” de parte del área de Bienestar Policial, que corresponde a la Jefatura de Policía Provincial

En diálogo con Diario Prensa, los efectivos -que pidieron expresa reserva de su identidad- solicitaron “visibilizar el profundo problema que se esconde detrás de la drástica decisión de nuestro compañero de tareas”. “Nosotros no somos jueces para decir si él era inocente o culpable de los cargos que le formuló nuestra camarada, lo que decimos es que se debió asistirlo y no dejarlo a la deriva con sus miedos y sus carencias”, sentenciaron.

Sus compañeros coincidieron en que Cáceres “era buena persona”. “No era violento como lo quieren pintar. Él comenzó una relación de convivencia con una camarada Belén Varaona, que también prestaba servicios en la Comisaría Primera y al terminar la relación, quizás perdió la cabeza. Estuvieron juntos varios años hasta que ella se enamoró de otra mujer policía”, explicó un efectivo. 

Después de las denuncias, la institución decidió pasarlo a disponibilidad a la espera de la resolución de la Justicia. Esto implicó el retiro de arma y la reducción del sueldo a la mitad

Otro de sus compañeros destacó la “angustia” de Cáceres por no poder afrontar los gastos básicos con su nuevo salario: “Se fue a vivir con otro policía y le pidió ayuda a otro efectivo que tiene un taxi, con el que estaba haciéndose unos pesos como chófer. De la noche a la mañana él se quedó con un haber de 25 mil, la obligación de las cuotas alimentarias de sus hijos y la necesidad de pagar un alquiler y comer”.

Frente al suicidio de Cáceres, sus camaradas exigen que se revean los protocolos de asistencia al personal: “Nosotros contamos con un área que se llama Bienestar Policial en la que se desempeñan psicólogos, licenciados, técnicos, asistentes sociales entre otros, pero es absolutamente ineficiente y hasta indiferente a los problemas que sufrimos los que formamos parte de la Policía provincial”.

Finalmente, los denunciantes aseguraron que “Alejandro es el claro ejemplo del abandono en el que lo dejaron después de pasarlo a disponibilidad”. “Le sacaron el arma, sí, pero se terminó matando con la de su compañero porque sabía que lo iban a terminar echando. Fue una agonía de más de un año en la que estuvo prácticamente solo. Era de esperar que todo terminara así”, analizaron y concluyeron.

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