INDUSTRIA FUEGUINA:

Se estanca la producción de celulares

La falta de dólares para hacer frente a los pagos de sus proveedores internacionales provocó un impacto en el empleo en Tierra del Fuego de la mano de la no renovación de los contratos temporales con que trabajan la mayoría de las empresas radicadas en Río Grande y Ushuaia.
lunes, 9 de noviembre de 2015 · 06:53

Según un informe publicado por el matutino La Nación, el estancamiento de la economía no perdonó ni siquiera al sector más protegido (y subsidiado) por el modelo kirchnerista. Después de tres trimestres consecutivos de caída en la producción, entre julio y septiembre de este año las terminales de teléfonos celulares radicadas en la isla de Tierra del Fuego pudieron mostrar un leve repunte, del 2%, en su nivel de producción. Esta suba, sin embargo, no alcanzó para revertir la tendencia a la baja y en el sector anticipan que 2015 cerraría con números negativos, en especial a partir de las nuevas restricciones al giro de divisas al exterior que alcanza a toda la economía.

Según el relevamiento de Carrier y Asociados -una consultora especializada en tecnología-, en los primeros nueve meses del año los fabricantes (o armadores) de teléfonos celulares acumulan una baja del 22,2% en su producción en Tierra del Fuego. Para el último trimestre de 2015 se espera un fuerte repunte interanual, que igualmente no llegará para recuperar todo el terreno perdido. La proyección que manejan en el sector es que el año cerraría con una producción de 10,8 millones de unidades, muy lejos del récord de 2011 (el último año sin cepo al dólar), cuando se llegó a los 12,7 millones de móviles fabricados en la isla.

"Para el último trimestre del año esperamos una suba interanual más importante, que se explica principalmente porque la base de comparación de fines de 2014 era muy baja. De esta forma, la caída anual se atemperaría y sería de alrededor del 5%", pronosticó Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados.

A la hora de explicar estos fuertes vaivenes en los niveles de producción, en el sector precisan que la industria fueguina está basada en la importación de componentes y partes para poder realizar el ensamblado de los teléfonos en la isla. Y este ciclo industrial se vio muy afectado por la falta de dólares.

"Con los celulares pasó algo parecido a lo que se vivió con la industria automotriz. La principal razón de la baja de la producción no fue un problema de demanda, sino que las terminales se quedaron sin divisas para girar a sus proveedores internacionales de partes, a lo que se sumó un factor puntual como los problemas de la planta de la firma Brightstar", explicó Carrier.

El punto de inflexión para la industria se produjo en junio pasado, cuando el Gobierno elevó casi 30%, hasta alcanzar los 300 millones de dólares mensuales, el cupo de importación de partes y piezas para las terminales electrónicas y de electrodomésticos radicadas en Tierra del Fuego, aunque la canilla de dólares se volvió a cerrar en las últimas semanas a medida que se iban reduciendo las reservas del Banco Central.

"En julio nos aumentaron el cupo para el giro de divisas y la situación se había normalizado. Pero a partir de septiembre volvieron los problemas para cancelar el pago de las deudas con los proveedores internacionales y se resintió la producción. Nuestra estimación es que el año va cerrar un poco por debajo de los niveles de 2014", señaló Alejandro Mayoral, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte).

 

Impacto en el empleo

 

La falta de dólares para hacer frente a los pagos de sus proveedores internacionales provocó un impacto en el empleo en Tierra del Fuego de la mano de la no renovación de los contratos temporales con que trabajan la mayoría de las empresas radicadas en Río Grande y Ushuaia.

Según las estimaciones de los sindicatos, por la falta de divisas en el último año se perdieron más de 3000 puestos de trabajo en la isla, especialmente en el caso de la empresa Brightstar, uno de los tres grandes fabricantes de celulares, que perdió los contratos para fabricar los teléfonos de las marcas LG y Samsung.

El gran interrogante que se abre es qué pasó con la demanda de celulares por parte de los consumidores finales. "Es muy difícil saber cómo anduvo la demanda, en un contexto en el que faltaba oferta en el mercado y las telefónicas cortaron las promociones y descuentos porque tenían productos para entregar", afirma Carrier.

Del lado de las marcas, la sensación es que todavía no hay señales de una saturación del negocio. "El mercado va a seguir creciendo porque el consumidor está descubriendo constantemente todas las posibilidades que ofrecen los smartphones. Definitivamente, estamos ante un mercado en constante evolución", sostiene Renata Altenfelder, directora de Marketing de Motorola Mobility para América latina, que hace unas semanas presentó la tercera generación de su modelo Moto G en el país.

La sensación de que no se trata de un problema de demanda es confirmada por las cadenas de retail. "Lo que pasó a principios de año fue que hubo un problema de abastecimiento, pero la demanda sigue muy fuerte y hoy incluso estamos viendo un cambio positivo en el mix de ventas de celulares, con la desaparición de los no smartphones y un crecimiento de los equipos de alta gama", sostuvo Juan Villa, gerente de Mobile de Frávega.

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