Blanco criticó decisión del Gobierno de no participar del acto por los 40 años del Tratado de Paz entre Argentina y Chile

Este lunes 25 de noviembre se llevó a cabo en El Vaticano una ceremonia organizada por el Papa Francisco para conmemorar los 40 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, que finalizó el conflicto por la disputa territorial del Canal de Beagle. Pero el canciller argentino Gerardo Werthein decidió no participar, por lo que fue cuestionado por algunos dirigentes de casi todo el arco político.

Uno de los casos fue el del senador nacional por Tierra del Fuego, Pablo Blanco (UCR), quien consideró la actitud de la Cancillería Nacional -producto de una serie de discrepancias en los posicionamientos internacionales de la Argentina como el conflicto de Gaza, la ONU, la Agenda 2030 y la lucha contra la desigualdad- como un “faltazo ofensivo”.

“Los desacuerdos llevaron al presidente Javier Milei a reducir la jerarquía de la delegación argentina como forma de expresar sus diferencias con el presidente Gabriel Boric. Así fue como de manera caprichosa y unilateral el gobierno argentino apartó de la delegación a su flamante canciller y decidió enviar a una representación de segundo nivel para sorpresa de los organizadores y del gobierno trasandino”, criticó.

Blanco además apuntó contra Milei por “tomar tan a la ligera” la ausencia del canciller Werthein, y repudió que “ligue su política exterior a ataques de ira, porque significa abandonar el camino trazado por quienes han tenido una visión trascendente y abarcativa a la hora de delinear caminos de acción serios, no arbitrarios, confiables e integradores”.

“El desprecio que nuestro país está exhibiendo con este faltazo, además de ofender al Papa y a Chile, es un insulto a nuestra propia historia y a todos aquellos que trabajaron intensamente por garantizar la paz. Como representante de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur hago un llamamiento al Gobierno Nacional para que respete los esfuerzos positivos del pasado, haga diplomacia no antojadiza, sea previsible ante el mundo que nos mira con desconcierto y lleve en alto y en serio la banderas de nuestras soberanía”, concluyó.