Según datos brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las malformaciones congénitas provocan más de 270 mil muertes por año a nivel mundial, son la segunda causa de muerte infantil detrás de los trastornos respiratorios y cardiovasculares, afectan a 1 de cada 33 recién nacidos y son las causantes de más de 3 millones de discapacidades.
"Del total de defunciones de menores de un mes que se registraron en 2011 y 2012 en la provincia, el 27% correspondió a niños con malformaciones congénitas; y lo mismo ocurrió con el 20% de los bebés de entre un mes y año" expresó Flavia Raineri, directora de Maternidad e Infancia de la Provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, la mitad de estas anomalías y/o muertes se pueden prevenir por lo que la dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud bonaerense acaba de poner en marcha un Programa de Salud Congénita.
El programa tiene cuatro pilares: una campaña de difusión para que las parejas que esperan tener hijos sepan cómo prevenirlas, capacitar al equipo de salud para que puedan diagnosticarlas y tratarlas rápidamente, crear una red de derivación de embarazadas de riesgo y elaborar un registro de casos.
"Del total de defunciones de menores de un mes que se registraron en 2011 y 2012 en la provincia, el 27 por ciento correspondió a niños con malformaciones congénitas; y lo mismo ocurrió con el 20 por ciento de los bebés de entre un mes y año", explicó Raineri.
De todas las anomalías congénitas, las más frecuentes afectan al corazón, por eso en la Provincia de Buenos Aires "estamos haciendo diagnóstico temprano y operando gratis con el aporte del programa nacional de cardiopatías", explicó Collia. En lo que va del año "ya se hicieron 122 cirugías por esta causa, la mitad, en hospitales públicos provinciales".
Además, el Ministerio de Salud alertó sobre el consumo de alcohol en cantidad entre los jóvenes, que suele ser motivo de todo un espectro de anomalías congénitas que puede incluir desde cardiopatías, microcefalia (reducción de cabeza y cerebro), retardo mental y hasta problemas de conducta en el niño.
Las malformaciones del tubo neural como la espina bífida, anencefalia e hidrocefalia ocurren en embarazadas que no han tomado ácido fólico antes, durante y luego del embarazo.
"En definitiva, gran parte de estas anomalías son evitables con planificación familiar y una consulta preconcepcional, que ponga al médico al tanto de los hábitos alimentarios y de todo tipo de consumo de la mujer y su pareja, para asesorarla y que llegue al embarazo en las condiciones más saludables posibles", destacó Collia.
Además, muchos medicamentos pueden acarrear problemas en el desarrollo fetal, como por ejemplo el ácido retinoico (de uso frecuente para el acné) o los anticonvulsivantes, entre otros.
"Muchas mujeres no creen que sea necesario comentar con el ginecólogo o el obstetra qué medicación toman, sin embargo puede proporcionar información clave para tener un bebé sano", completó Raineri.