INVESTIGACIÓN

Nuevos descubrimientos sobre la mente humana realizados en Argentina

El descubrimiento revela que las conexiones entre neuronas pueden cambiar durante el día, según los investigadores nacionales.
jueves, 25 de septiembre de 2014 · 10:30
Un grupo de investigadores argentinos realizó un sorprendente descubrimiento, que suscita repercusión internacional: al estudiar los fundamentos del "reloj biológico” que regula distintas actividades del organismo, encontraron que las conexiones ("sinapsis”) entre neuronas, que siempre se habían creído estables en el tiempo, llegan a cambiar varias veces a lo largo del día.
 
El hallazgo podría reformular las ideas admitidas sobre la estructura y funcionamiento del cerebro, además de abrir nuevos caminos para el estudio de los "ritmos circadianos” a los que obedecen, desde el adolescente que no logra prestar atención en la primera hora de clase hasta la mujer que empieza su trabajo de parto a medianoche, pasando por el hombre que, al caer la tarde, sufre un infarto.
 
El equipo, encabezado por María Fernanda Ceriani (investigadora del Conicet, titular del Laboratorio de Genética del Comportamiento del Instituto Leloir), fue integrado también por Axel Gorostiza, Ana Depetris-Chauvin, Lía Frenkel y Nicolás Pírez. Los resultados se consignaron en un artículo que publicó la revista Current Biology. Su discreto título, "Las neuronas circadianas marcapaso cambian sus contactos sinápticos a lo largo del día”, causó conmoción: "Me escribieron investigadores de otros países, periodistas extranjeros, con un interés que me tiene sorprendida –contó Ceriani–: bueno, es un descubrimiento realmente llamativo, ojalá podamos un día entenderlo en profundidad”.

El descubrimiento, es que en las neuronas encargadas de regular los ritmos circadianos (comportamientos que se reiteran aproximadamente cada 24 horas) "el grado de plasticidad estructural diaria excede lo que se había descripto”, ya que "la cantidad de zonas activas cambia a lo largo del día, dando lugar a la atractiva hipótesis de que, entre la noche y la mañana, se forman nuevas sinapsis, mientras que otras son desmanteladas”.
 
A través de esas conexiones fugaces, estas neuronas "se contactan con diferentes partenaires, con otras diferentes neuronas a lo largo del día. Estos resultados nos llevan a proponer que la red circadiana organiza los cambios fisiológicos y de conducta entre el día y la noche por medio de cambios en los recorridos por donde circula la información”.

El hallazgo se realizó en pruebas de laboratorio con moscas de la especie drosofila melanogaster, que se utiliza habitualmente para estos experimentos: "Lo que tiene que ver con el reloj biológico está altamente conservado en todas las especies: casi todo lo que sabemos de su funcionamiento en mamíferos y humanos deriva de lo que aprendimos de cómo funciona en las moscas”, comentó Ceriani, quien en 2011 recibió el premio L’Oreal-Unesco a la mujer en la ciencia.

Esta extraña capacidad de las neuronas para conectarse y desconectarse de un día para el otro parece afectar la concepción general que se tenía del sistema nervioso. "Por ahora sólo lo hemos estudiado en el contexto de las neuronas circadianas o ‘relojeras’. Lo seguro es que esto tiene que ser importante para el sistema nervioso, porque tiene un costo energético muy grande: armar y desarmar sinapsis implica un gasto muy grande de energía, de modo que debe aportarle al sistema alguna propiedad por la que valga la pena invertir tanto. Todavía no lo sabemos. Lo cierto es que, por lo menos en este tipo de células, las circadianas, el cerebro adulto es mucho más plástico y flexible de lo que suponíamos”, señaló la investigadora.

¿Con qué otras neuronas se conectan y desconectan las relojeras y para qué? "Como resultado de este primer relevamiento, encontramos que se conectan con neuronas de distintas estructuras, en distintos lugares del cerebro: algunas conexiones son más preponderantes de día, otras de noche. Por ejemplo, en las moscas, como en los humanos, se puede definir una ‘memoria de trabajo’, de corto plazo, que en la drosophila es más eficaz a principios de la noche; también se sabe que su respuesta apetitiva, su respuesta olfatoria, su interés por aparearse, cambian a lo largo del día. Entonces, la siguiente ronda de preguntas es determinar para qué sirve, qué funciones controla cada uno de estos grupos de neuronas que son ‘puestas en hora’ por las neuronas relojeras.”
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