La OMS consideró al trastorno por videojuegos como un problema de salud mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está por incluir -por primera vez- al trastorno por videojuegos como enfermedad mental, al añadirlo en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11).

La posibilidad de que los juegos de video generen trastornos patológicos (y adicción) fue un tema muy  discutido y este sería el primer paso firme que se da en esta dirección, que sin duda generará una gran controversia en el ámbito científico por las dudas que esto genera.

Este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego "continuo o recurrente" y, aunque todavía no se cerró la definición, la OMS vincula este nuevo trastorno a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales.

Primero, por no controlar la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega.

Segundo, al aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias; y tercero, al mantenerse la conducta o darse una escalada "a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas", según el borrador actual que maneja la OMS.

El trastorno se refiere al uso de juegos digitales o videojuegos, que se puede hacer mediante conexión a Internet o no.

"Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud", afirmó el responsable del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Vladimir Poznyak, en declaraciones a New Scientist, que adelantó la noticia.

Consultada por Materia, la OMS confirmó la información, adelanta que el ICD-11 estará listo en 2018 e insiste en un matiz: el trastorno por videojuegos no va a tener epígrafe específico, sino que aparecerá englobado en el más amplio de juegos digitales.

Poznyak explicó que la mayoría de las personas que juegan videojuegos no sufre ningún problema, del mismo modo que la mayoría de las personas que beben alcohol tampoco; pero hay circunstancias en que el uso excesivo puede generar efectos adversos, según este experto de la OMS.