ALIMENTACIÓN EFECTIVA

Harvard dio a conocer un programa de adelgazamiento de 3 fases

Un experto de la Harvard Medical School investigó la influencia de los alimentos en las hormonas, el metabolismo, el peso corporal y el bienestar.
sábado, 15 de julio de 2017 · 00:00

La atención no debe estar en el famoso conteo de calorías. Este es el punto clave que abarca un nuevo método del experto de Harvard Medical School David Ludwig, una eminencia en el tema que, partiendo de la concepción de que las dietas no funcionan en la mayoría de los casos, desarrolló un plan en el que reinventa las reglas de la pérdida de peso.

"Por qué siempre tengo hambre", así nombró al trabajo publicado en su libro en el que busca una fórmula diferente para adelgazar.

La investigación se centró en profundizar en cuatro vertientes: el metabolismo, las hormonas, el peso corporal y el bienestar. El objetivo fue hallar cómo los alimentos afectan a cada uno de ellos y a partir de ello saber cuál es la alimentación más indicada.

"Comer en exceso no te hace engordar, sino que es ese proceso lo que te hace comer de más. Las células grasas juegan un papel clave a la hora de determinar cuánto peso ganas o pierdes. Las dietas bajas en grasa actúan en tu contra, ya que provocan que las células grasas se autoabastezcan con más calorías, dejando muy pocas para el resto del cuerpo", dijo Ludwig.

Y acotó: "Estas grasas activan una peligrosa reacción en cadena que te deja siempre con sensación de hambre, a la vez que tu metabolismo se hace más lento y, al final, acabas ganando peso, aunque comas menos".

El programa tiene tres fases. No se promete una pérdida de peso inmediata, sino que ofrece un progreso sano.

Y los resultados se traslucen en aproximadamente "1,5 kilos menos por mes" durante un año de corrido, sin reprimir las ganas de comer en ningún momento y sintiéndose "fenomenal". Un combo que parece atractivo y parece funcionar, de acuerdo con los ejemplos de pacientes que postea en sus canales sociales.

El primer paso consiste en superar los antojos, siguiendo una especial rutina alimentaria durante dos semanas. La ingesta se compone de un alto contenido de grasas (el 50%), mientras que el resto debe dividirse entre carbohidratos (frutas, legumbres, verduras sin almidón) y proteínas. No se puede consumir los derivados de cereales, papas y azúcares agregados.

En la siguiente fase se pretende lo que se llama "reprogramar las células grasas". Ahora es momento de empezar a reducir la cantidad de grasa consumida. Bajarla un 10% para en su lugar incrementar la ingesta de carbohidratos hasta el 35% y continuar con la misma proporción de proteínas. Se pueden añadir arroz integral, avena, quinoa o verdura almidonada (siempre que no sean papas).

La última etapa tiene como fin que cada paciente pueda perder peso de manera permanente, identificando las necesidades exclusivas del cuerpo e ideando un plan específico. 

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