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Empezar la escuela sin piojos: mitos y verdades
En esta época del año comienzan a surgir muchas dudas, consultas e inquietudes acerca de la salud de los más chicos. Mirá todo lo que tenés que saber sobre la pediculosis.Inicia un nuevo ciclo lectivo y es probable que una de las primeras notas que reciban las familias en el cuaderno de comunicados diga “Por favor, realizar control de pediculosis”.
También puede ocurrir que el tema ocupe la atención en algún que otro grupo de WhatsApp, en el cual se compartirán recomendaciones, recetas y métodos para erradicar a los visitantes indeseados, que frecuentemente se basan en mitos transmitidos de generación en generación. En las siguientes líneas se abordará este tema para tratar de aclarar algunas cuestiones relacionadas con ello.
En primer lugar, se denomina pediculosis a la presencia de algún estadio (o ninfa) del piojo de la cabeza, o como lo denominaron los científicos Pediculus humanus capitis. Este insecto del tamaño de la cabeza de un fósforo (2-5 mm) es un ectoparásito obligado que ha estado vinculado a los seres humanos desde su origen. Se alimenta de sangre exclusivamente y no puede vivir en otro ambiente que no sea la cabeza de los humanos. Con esto derribamos algunos mitos como el de que puede vivir en los areneros de las plazas, alimentarse de otra cosa que no sea sangre o que puede sobrevivir en otros animales.
Respecto al contagio, este ocurre cuando dos cabezas (tanto de niñas como de niños) están lo suficientemente cercanas como para permitir el traspaso de los piojos caminando por el pelo de una cabeza a la otra. Y con esto, derribamos dos mitos más que son que los piojos no vuelan ni saltan (por razones obvias de carecer de alas y de patas saltadoras).
Algunas veces puede ocurrir que un piojo se desprenda de la cabeza y quede en alguna superficie (almohada, mesa, piso). Si esto es así, y no encuentra un huésped dentro de las 24-36 horas, el piojo se va a deshidratar para luego finalmente morir. Es decir, piojo que queda el viernes en el colegio no llega al lunes.
En Argentina, la importancia de esta plaga no es despreciable ya que uno de cada cuatro chicos (en promedio) durante la etapa escolar tiene o tuvo piojos en su cabeza. Además, su presencia afecta a todos por igual sin importar dónde naciste, cuál es tu posición económica ni tu religión.
Respecto del control, lo importante es que estos insectos no se queden en la cabeza porque una hembra (que vive 15 días aproximadamente) puede llegar a depositar entre 4-6 liendres por día. Los tratamientos más utilizados consisten en el empleo de peine fino y el uso de pediculicidas. Dentro de este último grupo, hay varios productos que ejercen su acción sobre diferentes lugares del cuerpo de los piojos. Están los que actúan sobre el sistema nervioso (alterando la transmisión del impulso nervioso) tales como la permetrina e ivermectina. Hay otros que afectan el intercambio de gases y líquidos obstruyendo su ingreso/salida tales como los compuestos siliconados. Lo importante es que SIEMPRE hay que utilizar productos que estén autorizados para su uso sobre humanos y no emplear NUNCA remedios caseros ni productos que tengan uso veterinario. Esto último puede traer serios problemas de intoxicación.