La indisimulable incomodidad de Juana Viale por la aparición sorpresa de su hija

Mirtha Legrand volvió después de diez meses. La diva retomó la conducción de su programa, que había dejado a cargo de su nieta, Juana Viale, por ser parte del grupo de riesgo en la pandemia de coronavirus. 

En la noche del sábado, Mirtha encabezó la mesaza de la cena más esperada de la televisión argentina en el 2020, que estuvo plagada de sorpresas y emotividad. Por ejemplo, la presencia de Marcela Tinayre, hija de la histórica conductora. 

Sin embargo, quien se llevó la mayor sorpresa fue Juanita, y no por la asistencia de su mamá sino de su propia hija, Ámbar de Benedictis, fruto de su relación con Juan de Benedictis, es un piloto argentino de automovilismo de velocidad. 

La joven que tiene 18 años de edad entró por sorpresa al final del encuentro para regalarle a su madre un ramo de flores y, claro, a saludar a su abuela y bisabuela. Pero algo no salió bien: la reacción de su mamá. 

Sin disimulo, Juana se puso tremendamente tensa e incómoda. Primero, mientras aplaudía, fulminó con la mirada a Nacho Viale, productor del programa, a la vez que movía la cabeza de un lado a otro expresando decepción. 

Cuando Ámbar le quiso dar un beso en el cachete, Juanita se apartó, se levantó torpemente de la silla y el micrófono quedó colgando sobre la misma. Con nervios y timidez, la joven intentó ayudar a su mamá, que rápidamente le arrebató el aparato de las manos.