¿Rebelión o capricho?
Santi Maratea fumó marihuana en Telefe ¡y estalló la polémica!
El inluencer se enfureció con la producción del programa de Lizy Tagliani y también disparó contra Tartu.Santi Maratea fumó marihuana en un baño de Telefe durante su visita del día miércoles a El Precio Justo, el programa conducido por Lizy Tagliani y, luego de que el escándalo tome carácter público, el influencer apuntó contra el rol del periodismo actual, además de redoblar la apuesta con picantes mensajes desde su cuenta de Instagram.
Según contaron en Confrontados, programa emitido en El Nueve, el personal de seguridad e higiene de la emisora de Viacom debió intervenir en la situación del presentador de radio, quien "se cruzó" apenas llegó al estudio, ya que la producción le impidió utilizar un buzo cuya marca era muy visible ante las cámaras.
El conductor de Generación Perdida, transmitido en la radio Vorterix, había mostrado en sus historias que tenía pensado ir al canal “re loco” y fumó cannabis en su casa antes de dirigirse hacia Martínez. Ya molesto por el tema de su indumentaria, también prendió otro armado en el baño de Telefe a escondidas.
Mientras que el panelista Lizardo Ponce defendía a Maratea diciendo que el mismo “hizo lo que hace en su casa todos los días”, Augusto Tartu Tartúfoli decidió dispararle y pegarle duro y parejo al influencer, al tildarlo de “nabo” mientras hacía una cmparación con su abuelo, afirmando que él, a los 28 años de edad, había "ido a la guerra a pelear con los estadounidenses y alemanes".
“Prefiero fumar porro y no matar gente como tu abuelo”, sostuvo Maratea en sus stories, con la fotografía de un cigarrillo encendido en su boca. Por otro lado, el mediático también se mofó de que en el ciclo de espectáculos hayan repasado su historial en el colegio, donde figura abruptos cambios de institución y diversos conflictos.
Por su parte, Lizy Tagliani fue breve: “El pibe fumaba y fue medio como un quilombo”. Lo hizo en el programa conducido por Marina Calabró.
Oh sorpresa, las redes no se quedaron calladas y también aportaron su condimento a la confrontación. ¿Valía la pena tanto espamento?