COMUNIDAD

Más de 800.000 extranjeros se radicaron en el país en los últimos diez años

Se dieron a conocer las cifras actualizadas de extranjeros que están viviendo en Argentina.
martes, 16 de septiembre de 2014 · 08:42
Es una realidad que se ve en todas las provincias del país: cada vez hay más extranjeros que eligen Argentina como posibilidad de mejora, progreso y avance. 

Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, se pasó de 17787 radicaciones autorizadas por el Gobierno en 2004 a 138219 el año pasado, un incremento de 800%. Los extranjeros que obtienen la residencia permanente pueden trabajar legalmente y tener beneficios sociales similares a los de cualquier argentino.

Las estadísticas reflejan no sólo un fenómeno económico o sociológico, sino también la política inclusiva del Gobierno en materia migratoria, enunciada desde su arribo al poder.

El ranking de extranjeros llegados al país en la última década lo encabezan los paraguayos (38,7% del total), seguidos por los bolivianos (28,6%) y peruanos (15,2%).

Los chinos que obtuvieron radicación aumentaron considerablemente: pasaron de 263 en 2004 a 1200 el año pasado. Se constituyeron en la nueva ola migratoria, junto con dominicanos, haitianos, senegaleses y sirios.
 
Desde 2004 hasta hoy las radicaciones resueltas de ciudadanos paraguayos que están en la Argentina pasaron de 5002 a 62.972 el año pasado. Los bolivianos con residencia permanente eran 2013 en 2004 y el año pasado fueron 34.083. Los peruanos con radicaciones permanentes eran 4245 en 2004 y el año pasado se contabilizaron 20.070.
 
Los brasileños pasaron de 570 a 4133; los chinos con residencia permanente eran 263 en 2004 y esa cifra se elevó a 1200 el año pasado, y los colombianos con residencia permanente eran 235 hace una década y el año pasado fueron 4600. Los dominicanos con residencia permanente eran apenas 29 y el año pasado se entregaron 2216 documentos. Los senegaleses, por su parte, fueron 47 en 2005 y el año pasado pasaron a 1579.
 
El incremento de extranjeros que avaló la Dirección Nacional de Migraciones se da en el contexto de la guerra que se desató en el Gobierno por la política migratoria. Así, el ala progresista de la Casa Rosada, que está enfrentada con la estrategia de mano dura con los extranjeros que promueve Berni, desempolvó toda una artillería destinada a frenar esa embestida: no sólo desautorizó al funcionario todoterreno en sus planes de instrumentar rigurosidad con los extranjeros, sino que también impulsa medidas tendientes a flexibilizar su situación en el país.
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