Francisco habló de los “pastores con cara de vinagre”

En la misa crismal de este 2 de abril que se llevó a cabo en la Basílica de San Pedro el pontífice habló sobre el cansancio que siente en el ejercicio de su ministerio. Como siempre también hizo referencia a la ayuda del prójimo y a la vocación sacerdotal, todo esto en el marco del "día de la institución del sacerdocio”.

Mediante esta misa con la que se inauguraron los días de Pascuas el Papa refirió al esfuerzo que implica su tarea si se ejerce a conciencia y con responsabilidad. "Sabéis cuantas veces pienso en el cansancio. El cansancio de todos vosotros. Pienso mucho y rezo por ello a menudo, especialmente cuando el que está cansado soy yo" y afirmó cuan bello es ocuparse de las personas que lo necesitan, recordando que este "es cansancio del bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría".

Frente a millones de personas en el Vaticano Francisco aseguró que esta dedicación es valorada por Jesús, "Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de Jesús, que nos acoge y nos pone de pie".

Este jueves santo el pontífice también ha criticado a aquellos sacerdotes que no se acercan al pueblo ni tienen contacto con aquellas personas que sufren necesidades. "El pueblo fiel no nos deja sin tarea directa, salvo que uno se esconda en una oficina o ande por la ciudad en un auto con vidrios polarizados". Aquel ministro que se ocupa de acompañar a la gente y colaborar con las demandas de los carenciados siempre tiene tareas que realizar.

A pesar de ocupar el más alto cargo de la iglesia católica, Francisco nunca deja de pensar en los pequeños detalles, en las alegrías y las tristezas de los fieles y considera que el ministerio sacerdotal "Son tareas en las que nuestro corazón es movido y conmovido. Nos alegramos con los novios que se casan, reímos con el bebé que traen a bautizar; acompañamos a los jóvenes que se preparan para el matrimonio y a las familias; nos apenamos con el que recibe la unción en la cama del hospital, lloramos con los que entierran a un ser querido..."

Entre sus declaraciones criticó a aquellos "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos" y dio la imagen del sacerdote ideal según su opinión, que es aquel "con olor a oveja" y "sonrisa de padre”. "Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran de lejos y desde arriba".

Las celebraciones del jueves santo han terminado con el tradicional lavado de pies, que ha hecho Bergoglio a 12 presos en la cárcel romana de Rebbibia, imitando el gesto que tuvo Jesús con sus 12 discípulos.