CALIDAD DE VIDA FAMILIAR

Por qué las mascotas son un miembro más en las familias

Adoptar una mascota a la familia es positivo para sus miembros, pero según un profesional, esta decisión debe ser tomada de manera responsable.
lunes, 17 de agosto de 2015 · 16:44
La convivencia de los menores de la casa, ya sea un bebé o de edad más avanzada con una mascota tiene numerosos efectos positivos.

Miguel Mayá es psicólogo y Coordinador del Grupo de Trabajo de Terapia asistida con animales del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (España), el cual explicó que "en las sociedades modernas hemos descuidado la parte animal de nuestro cerebro que se encarga de las emociones. La convivencia con un animal supone una recuperación de esta parte emocional de nuestra propia naturaleza".

Beneficios a cualquier edad
Tener una mascota en casa sirve para, con lo más chicos, trabajar cuestiones como la obesidad, la depresión o la hiperactividad al tiempo que potencia la empatía de niños y jóvenes, su desarrollo emocional, su responsabilidad y su sociabilización.

"Vivir con un perro o un gato, que son lo que generalmente consideramos mascotas, potencia diferentes aspectos en todos los estadios de la vida. En los más pequeños, el vínculo emocional hacia los demás. En la adolescencia, puede facilitar el proceso de individuación y transición a la vida adulta al ser un soporte emocional. En la tercera edad, tiene un valor social así como pueden retrasar el desarrollo de demencias", explica este experto.

Incluir en la vida familiar un animal implica, por supuesto, poner una serie de límites y normas pero "los límites no deben dejar de lado el vínculo que se tiene que crear. Los padres han de educar a sus hijos en que se debe ser responsable con su mascota pero esto, también es una motivación ya que los niños se preocupan del animal porque les importa", señala.

Lo que hay que tener claro a la hora de tener una mascota es que es una decisión que tiene que ser responsable.
 
No puede ser un impulso, ni un capricho. Depende del estilo de vida que lleve una persona y del tiempo que disponga para cuidarlo.
 
"El abandono de una mascota es malo para el animal, y para el que abandona. Si damos el ejemplo a nuestros hijos de que se está abandonando a un animal y un niño no responde ante ello, estaremos criando psicópatas. Si, por el contrario, al niño este hecho le afecta se estará creando un serio problema emocional", finalizó Gayá.
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