Marido de joven fallecida en Río Grande: "Mi mujer estaba totalmente sana"

Todavía permanece la conmoción y el desconcierto en Río Grande por el episodio ocurrido -días atrás- con Lucía Baptista (35), quien pereció en el marco de una intervención quirúrgica menor practicada por un profesional en una clínica privada de la ciudad. 

En las últimas horas se viralizó por las redes sociales una extensa carta redactada por el marido de la joven madre de tres hijas, Carlos Herrera, quien realizó un racconto de los acontecimientos. El hombre -trabajador metalúrgico- fue precisamente quien radicó la denuncia ante la fiscalía por lo sucedido con su mujer, y enfatizó que va a continuar "hasta que los responsables sean condenados con la máxima pena posible".

En la carta, Carlos explicó que la cirugía para Lucía estaba programada para el sábado pasado (23 de enero), y se trataba efectivamente de una ligadura de trompas. Aseguró que se presentaron caminando en el consultorio a las 7 de la jornada sabatina, y enfatizó que su esposa estaba "totalmente sana, sin ninguna enfermedad ni patología"

"Quiero que los responsables sean condenados con la máxima pena posible, que sea justa, y que nunca más puedan firmar ni siquiera una receta", manifestó el esposo de Lucía Baptista, quien trabajaba en un Jardín de Infantes de la Margen Sur

Herrera explicó que el procedimiento estaba a cargo de un ginecólogo apellidado Flores, y añadió que luego de ingresada al quirófano su mujer y terminada la operación, este le dijo que cuando estaba operándola se encontró "con algo pegado", y le preguntó si Lucía había tenído "algún tipo de infección".

Su mujer empeoraba, pero le decían que "se quedase tranquilo"

"Me dijo que al intentar retirarlo tocó una venita o arteria producto de lo cual se generó un sangrado y que me quedara tranquilo, que mi señora se quedaría un rato en terapia intensiva solo por precaución y que a la tardecita la pasaban a una sala común", manifestó Carlos, además de consignar que "no le habían asignado ninguna habitación" (algo usual por más que se trate de una intervención menor).

Carlos narró que luego fue anunciado el apellido de su mujer y se tuvo que ir a terapia intensiva, donde una doctora le indicó inesperadamente que el cuadro con el que entró su señora "no era nada alentador". Acto seguido, contó que habló con el Dr.  Miranda quien le dijo que "se quedara tranquilo", y decidió retirarse a su casa con sus hijas.

Entonces explicó que lo llamaron nuevamente del CEMEP pidiéndole que se acercara a terapia intensiva otra vez, y que una vez allí otra doctora le informó que el estado de su esposa "era muy crítico", para a posterior dialogar con el jefe de UTI y ubicar al mismo médico que le insistía con que "no había nada grave".

Herrera prosiguió y relató que los informes de la gente de terapia y Duarte "fueron cada vez más críticos", y que a partir de allí "empezó a empeorar todo", a punto tal que "ya no funcionaban algunos órganos" de su mujer.

Ya el domingo Carlos indicó que "hubo cambio de médicos" y que el profesional a cargo le reveló que "todo estaba empeorando". Y que a la medianoche le explicaron que "era cuestión de horas, que su mujer se moría", por lo que lo instaron a que entrara a despedirse. Según su relato, el fallecimiento se confirmó a las 0.30.

Tal como informado previamente, la denuncia fue radicada el martes 26 de enero ante la fiscalía de feria, a cargo del Dr. López Oribe. El juez interviniente es el Dr. Césari Hernández quien, tras su designio, se procedió a allanar la clínica en cuestión. Respecto del profesional que practicó la operación, trascendió que este podría ser imputado de "homicidio culposo".