Historia de vida
Joven padre recorre los barrios de Río Grande cortando el pasto para subsistir: lucha por progresar y salir adelante
Se trata de Mauro de 31 años, quien tiene dos hijas pequeñas y su mujer estudia para ser maestra de primaria, además de vender productos de perfumería en la feria los fines de semana. Retomó los estudios secundarios y nunca baja los brazos para, algún día, encontrar un trabajo estable. "Hago lo que puedo, sino compro la harina y cocino pan para salir a vender, o perfumes. Siempre me las rebusco para llevar algo para mi casa", cuenta a InfoFueguina en una entrevista.La crisis económica por la que atraviesa la Argentina golpea a la población, y fiel reflejo de ello es que casi un millón de personas desde Ushuaia a La Quiaca se anotaron para percibir la ayuda extraordinaria (bono) del gobierno por $45.000. Sin embargo, al margen de los obstáculos que se presentan debido a esta compleja coyuntura, muchos no pierden la esperanza ni bajan los brazos. Deciden salir a la calle y enfrentarse a la realidad, dando su máximo esfuerzo con lo que tienen por una vida más digna y próspera para los suyos.
Es la historia de Mauro, un joven de 31 años que, junto a sus hijas y su mujer, residen en la zona del barrio Perón de Río Grande. Sale temprano todas las mañanas de su casa a recorrer los barrios de la ciudad, ofreciendo a los vecinos el servicio de cortapasto y limpieza en patios, veredas y jardines.
"Voy casa por casa, lo hago ya hace varios años y el clima no te ayuda mucho, porque el pasto en el invierno no crece. Salgo a las 8 de la mañana y vuelvo a las 19 o 20, también trabajé de ayudante de construcción, hice cursos de soldador y electricidad domiciliaria. Hago lo que puedo, si no salgo a vender pan, que compro la harina y lo cocino yo, o perfumes. Siempre me las rebusco para llevar algo para mi casa", relata.
Mauro vive en Tierra del Fuego desde hace 15 años, cuando dejó su Tucumán natal. Tiene dos niñas de 3 y 6 años y la mayor ya va a la escuela. Su mujer estudia para convertirse en maestra de nivel inicial, y los fines de semana vende productos de perfumería en la feria del Don Bosco.
"Hace mucho tiempo que ando en la calle y te das cuenta del impacto en la gente, a veces cobro menos para poder agarrar el trabajo. Está complicado y más en esta fecha, como está la Argentina, la verdad que gracias a la publicación del vecino Carlos en las redes me llamaron dos señoras para el fin de semana para cortar el pasto. Nunca tuve la oportunidad de trabajar en blanco, ojalá que se pueda conseguir algo más estable", se esperanza.
Mauro ofrece servicio de corte de pasto puerta a puerta a domicilio en Río Grande: su teléfono es 2964 66 9156
EL DRAMA DE ALQUILAR EN LA ISLA
Mauro dice que hace tres meses la dueña de la casa que alquila le anticipó que, a fin de este año, necesitaba la casa dado que la tenía que poner en venta. Por esto, se vio en la obligación de salir a buscar una nueva casa para él y su familia, para encontrarse con el mismo panorama que relatan cientos de riograndenses.
"Por un alquiler de un monoambiente te piden entre 30 a 40 mil pesos, de dos habitaciones se me va a 80.000 pesos. Si le sumás el mes de depósito y adelanto son como 160.000 pesos, encima ya me pasó que no me aceptaron solo porque tengo dos hijas chicas", se lamentó.
"EL QUE QUIERE SALIR ADELANTE, LO CONSIGUE", ALENTÓ
El joven papá agregó que el año pasado narró que el año pasado retomó el secundario porque lo había dejado, pero admitió que este año se le complicó un poco para seguir. Mientras tanto no reniega de su situación, por el contrario indica que el servicio de jardinería lo hace "siempre con la mejor onda, una sonrisa, con predisposición", tal como lo resaltó en el posteo de Facebook uno de sus clientes, obteniendo una gran repercusión positiva en la sociedad.
"El que busca y quiere salir adelante, a pesar de las circunstancias, lo consigue. Mientras sea honradamente, lo logra. A mí no me da vergüenza salir a vender pan, o a cortar el pasto. Hoy me crucé con muchos chicos de 20 años haciendo cola en el ANSES que pedían el bono de $45.000, y se iban frustrados porque no se lo daban. Y yo les decía: "hay un montón de formas de salir de adelante", expresa Mauro.