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Tomás Escobar, creador de Cuevana, ganó el "Óscar" a la innovación

El argentino de 25 años fue reconocido por su trabajo y su propuesta de educación a distancia.
lunes, 17 de noviembre de 2014 · 10:35
Tomás Escobar es noticia nuevamente pero no por su "criatura" informática "Cuevana", sino porque recibió el premio Innovadores Menores de 35 años de Argentina y Uruguay, que entrega el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

El sanjuanino de 25 años fue reconocido por su trabajo pero esta vez de la mano de "Acámica", la plataforma en línea que permite a través de cursos aprender habilidades como diseño o programación.
 
Su nombre, Acámica, es una conjunción de "academia dinámica" y consiste en una plataforma que ya reunió a 70.000 usuarios y tiene como objetivo de formar a los mejores profesionales de tecnología de la región.
 
"El mundo va cambiando: el 65% de los chicos que hoy está en primaria va a trabajar en puestos que todavía no existen. El sistema educativo tradicional no puede adaptarse con la velocidad necesaria. No tenemos nada en contra de las universidades, pero en tecnología todo cambia muy rápido y las currículas universitarias no tienen esa dinámica. Hay una brecha entre lo que pide la tecnología y lo que el sistema educativo puede dar. Y esa brecha se puede acortar por la facilidad, accesibilidad y bajo costo de Internet”, dijo.
 
Sobre la plataforma

Cuevana es la creación con la que Tomás Escobar saltó a la fama. Este sitio permite ver películas y series de manera gratuita y llegó a convertirse en el paraíso de miles de personas que podían acceder a contenidos sin pagar nada.
 
Según publica el diario La Nación, para Escobar, que por esos tiempos apenas tenía 22 años, el éxito no fue un fruto dulce, todo lo contrario. Cuando Cuevana empezó a llamar la atención por la cantidad de usuarios que albergaba, las demandas por infringir los derechos intelectuales de las películas y series que se ofrecían en el sitio comenzaron a llover sobre su cabeza inquieta. Lo que había empezado como un pasatiempo entre amigos podía transformarse en su peor pesadilla.
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