LA CIENCIA Y LOS LÍMITES

Científicos de todo el mundo piden prohibir los "robots asesinos"

Muchas campañas dieron comienzo respecto a la importancia de la concientización del uso responsable de estos dispositivos.
miércoles, 29 de julio de 2015 · 08:40
Miles de investigadores y de figuras reconocidas a nivel mundial en materia de ciencia, entre ellos Stephen Hawking y Steve Wozniak (co-fundador de Apple), lanzaron recientemente un llamado para pedir la prohibición de las armas ofensivas autónomas, conocidas como "robots asesinos".

"Las armas autónomas seleccionan y atacan objetivos sin intervención humana", expresa el comunicado, publicado en coincidencia con la apertura de la Conferencia Internacional Conjunta de Inteligencia Artificial (IJCAI) en la provincia de Buenos Aires.

Toby Walsh, profesor de la Universidad New South Wales de Australia y parte de los firmantes, sostuvo que "todas las tecnologías pueden ser usadas para el bien o para el mal" , según un comunicado divulgado en la capital argentina.

"La tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado un punto en que el despliegue de estas armas será una posibilidad técnica (si no legal) en años, no décadas, y hay mucho en juego" , explican, entre ellos investigadores y profesores de Harvard, Berkeley, Cambridge, París o Berlín.

Pese a advertir sobre el peligro de su uso, Walsh resaltó la defensa del desarrollo de la IA explicando que puede ser usada para enfrentar muchos de los problemas más importantes de la sociedad como la pobreza, el costo de la salud y el impacto del calentamiento global en la Tierra.

También figuran entre los participantes de las firmas el empresario Elon Musk, presidente de la empresa Tesla, Space X y SolarCity; así como el nobel de Física Frank Wilczek y Jaan Tallinn, co fundador de Skype.
 
Estos "robots asesinos" pueden tomar decisiones de manera autónoma y preocupan tanto a la ONU como a la comunidad científica y humanitaria, que anteriormente ya habían debatido esta cuestión en Ginebra, diferenciándose de los drones, que necesitan ser manipulados por alguien y no tienen esa capacidad de autonomía.
 
El punto clave en esta polémica es que los críticos apuntan a la imposibilidad de estos robots de distinguir entre personas combatientes y civiles, lo que podría desatar un problema más grande en la sociedad.
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