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La impresión de comida en 3D está cada vez más cerca

La impresión de comida tendría dos objetivos principales: entender qué comemos y cómo lo hacemos, y evitar el desperdicio de comida.
viernes, 3 de noviembre de 2017 · 17:07

¿Y si la comida a domicilio estuviera a un solo clic de distancia? Y no se trata de un botón para pagar nuestro pedido en una web y esperar a que lo lleve un repartidor, sino de una impresora 3D.

De hamburguesas, a papas fritas o carne al alcance de la mano sin ningún esfuerzo en la cocina. Este es el escenario en el que están trabajando dos investigadores de la empresa Yissum de Israel, una empresa de transferencia tecnológica de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Además de la posibilidad de imprimir platos enteros, los desarrolladores quieren que sean personalizados y nutritivos utilizando nanocelulosa, una fibra natural y comestible sin calorías.

Esta tecnología  permitirá la impresión 3D de alimentos para su consumo, tanto en casa como en restaurantes, escuelas y comedores, según los criterios predefinidos determinados por el consumidor. Su objetivo es cambiar la forma en que comemos, lo que comemos, cómo elaboramos nuestros alimentos, dónde los compramos y qué cantidad usamos.

La tecnología de impresión 3D tiene dos beneficios clave para el público, según un docente de esta universidad. Uno es que es capaz de crear alimentos basados ​​en la dieta del consumidor y en lo que quiere comer. El segundo es evitar el desperdicio de comida.

"Se tiran cerca del 30 por ciento de los alimentos que producimos antes de ingerirlos", dice Shoseyov, y pone un ejemplo simple: “Cuando vamos al supermercado con la intención de cocinar algo, no siempre compramos las cantidades exactas. Muchas veces, lo que adquirimos (verduras, carnes o lácteos) se desperdicia".

Esta tecnología será capaz de abastecer en el futuro a una amplia variedad de consumidores y mercados, incluidos los vegetarianos, los que sufren de colesterol alto, o necesitan dietas bajas en calorías y sin gluten, dicen los investigadores.

"Queremos permitir a los consumidores que se prepararen sus alimentos personalizados para sus propias necesidades", explica Shoseyov. "Se puede tener un control mucho más conscientes del azúcar que consumen, y los que sufren de presión arterial alta, o necesitan reducir el sodio, también pueden crear algo que se adapte a su dieta".

Lo cierto es que los artículos impresos en 3D pueden ser caros, pero a medida que se desarrolle esta industria de la impresión 3D, los costes serán más competitivo, y los procesos más rápidos y fáciles.

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