Antes de que sea demasiado tarde
La titánica lucha de un padre desde Ushuaia contra la Justicia de Mendoza para que le restituyan a su hija
El drama lo atraviesa desde apenas iniciada la pandemia cuando la madre biológica de la pequeña se la llevó intempestivamente a Mendoza en el último vuelo antes del cierre total. A partir de allí comenzó a vivir un verdadero calvario con toda una serie de situaciones estremecedoras que la pequeña de solo 5 años estaría atravesando, por parte de esta mujer y su familia."Estoy hace ya casi cuatro años peleando por esto, la jueza no da respuesta. Estaba de viaje y recibo una videollamada de ella desde Ushuaia, donde teniendo a la nena al lado se puso un cuchillo en la garganta y amenazó con matarse, la nena gritando y llorando. La Justicia de Tierra del Fuego se declaró incompetente, ella se la llevó el 20 de septiembre de Ushuaia, esto es una locura".
El drama que vive Klimentiy Mamaladze, según expresa en un claro castellano, es difícil de poder resumirlo en unas pocas palabras o párrafos. A este padre de 50 años oriundo de Rusia, pero nacionalizado argentino hace dos décadas y que vive en Ushuaia desde 2013, le quitaron recientemente, una vez más, a uno de los dos seres más quiere y adora en la vida: su pequeña hija 'R.' de solo 5 años.
La historia es conmovedora, y en una charla intensa que mantuvo con InfoFueguina, el papá cuenta cómo casi dos semanas atrás fue su propia hija mayor quien entregó a su hermana menor en la capital fueguina, acatando una (controvertida) decisión judicial impartida desde Mendoza. El padre estaba devastado y no podía ver como se llevaban a su hija.
"Ella (la madre biológica) se la llevó primero en marzo de 2020 aprovechando que yo estaba de viaje. Me desvalijó la casa, cuando yo llegué me encontré la cocina nada más, se llevó todo. Dijo que se escapó de mí, con denuncias falsas, inventadas donde ninguna prosperó, se fue el 20 de marzo de 2020 con el último vuelo de Aerolíneas que salió de Ushuaia, antes de que se cerrara todo por la pandemia", explica el papá ruso-argentino.
Entre toda la impotencia, la frustración y el desconsuelo que se desprenden de sus palabras, Klimentiy intenta ubicar cronológicamente los amargos acontecimientos que tuvo que pasar prácticamente desde los primeros meses de la llegada al mundo de 'R.': cuenta que nació en 2018 y un año después vivió una situación explícita de amenaza con la menor, increíblemente sin que la Justicia hiciera nada al respecto.
"Yo estaba de viaje y en medio de una videollamada se puso un cuchillo en la garganta y amenazó con matarse, con la nena gritando y llorando. Eso quedó grabado y yo lo presenté a la Justicia, está en el expediente. En la última visita de mi hija mayor estaba con su hermana y ella empezó a decir que el abuelo le pega a ella y a la abuela. La madre es violenta y tiene una causa penal por daños dolosos, mandó a su vecina a terapia intensiva por golpes en 2011, está en el certificado de antecedentes de la Policía de Mendoza", precisó.
Sumado a esto, lamentó el hecho de que la Justicia Penal de Mendoza haya "condenado a un año de prisión en suspenso a la madre biológica" por "impedimento de contacto con padre no conviviente, doblemente agravado por tratarse de un menor de diez años y por mudarlo del domicilio sin autorización judicial, en concurso ideal".
Pero de vuelta en Ushuaia, en la hora más oscura de la pandemia y el estricto confinamiento obligatorio impuesto por el Gobierno a la población, con su hija a más 3000 kilómetros y sin ninguna noticia de ella, el padre se encontró desamparado en todo sentido. En ese negro 2020 por desesperación presentó en la jurisdicción de Mendoza el pedido de restitución de 'R'., porque en Ushuaia los Juzgados estaban prácticamente cerrados.
La medida cautelar de restitución de la menor cayó en el Juzgado de Familia N°8 de Godoy Cruz a cargo de Marisa Peralta. "Lo puso bajo llave en un escritorio: en tres años no avanzó nada, solo mandó a hacer pericias psicológicas. A mí me la hicieron en tres días, con la madre tardaron un año para hacerla. Ella es impulsiva, no puede manejar situaciones, manipuladora. Por el tema del cuchillo en el cuello la jueza no hizo nada, como si fuera algo normal", lamenta Klimentiy.
Pasaron más de dos años sin que el papá pudiera ver a su niña, pero a toda esta angustia se le sumó algo aún más serio como es tomar conocimiento de que la pequeña estaría sufriendo toda una clase de episodios de maltrato verbal y físico, incluso llegando hasta la posibilidad de ser víctima de abuso.
"No hay tenencia de la nena, tanto de la madre como del padre. Fui a hacer la denuncia penal por abuso y maltrato verbal y físico contra ella y su familia, pidiéndole a la Justicia de Ushuaia que protejan a mi pequeña. Pero la jueza de Mendoza dispuso que se la entreguen a la madre y que ella la tiene que cuidar a la niña de su propio abuelo, tío, parientes. Empezó con pesadillas, gritaba "no me toquen, me da asco", y se agarraba sus partes íntimas. Hay un informe de una pericia oficial del Juzgado de Ushuaia que dice que hay indicios de abuso", expone.
"Cuando se la llevó en 2020 recién la pude ver después de dos años, que es lo que tardó la jueza para autorizarme tres días y tres horas. Muchas cosas ella las mostraba jugando con su cuerpo, la psicóloga dijo que tenía reacciones muy graves y está detallado en el informe. Desde el 9 de julio iba a la terapeuta 3 veces por semana en Ushuaia", narra Klimentiy.
COMIDA DE PERROS, PESADILLAS, VIOLENCIA, MALTRATO
Tras someterse a sucesivas entrevistas con la terapeuta, el informe es demoledor. Tal documento que se incorporó al expediente refiere a las sesiones que la pequeña 'R.' acudió en los últimos dos meses en la capital fueguina, hasta que por la orden de la jueza mendocina la niña fuera entregada el 22 de septiembre a su madre biológica, quien se la llevó nuevamente a Mendoza.
En ese informe se detalla la "gran preocupación por el estado en el que se encontraba viviendo la niña en la ciudad de Mendoza, y el relato de diferentes episodios de violencia presenciados tanto por el padre como por su hermana mayor", en los cuales se menciona "malos tratos de todo tipo a la niña, ponerla al teléfono con su padre y dejarla en medio de una violenta pelea, incluso con amenazas con cuchillos", reírse, burlarse y retarla cuando se ahogó seriamente con un caramelo, darle de comer comida de animales".
Sin embargo, lo más grave que incluye el documento escala hasta situaciones que podrían estar vinculadas a un abuso de parte de allegados a la familia de la progenitora: "dejarla al cuidado de hombres en quienes la niña no confía o teme, pesadillas y terrores nocturnos, caracterizados por gritos, angustia, movimientos como pegar patadas y querer alejarse o sacarse algo de encima, para finalmente taparse sus partes íntimas hasta despertar llorando".
Y el padre recuerda con estupor: "Cuando ella estaba en Mendoza, la fueron a devolver a la casa del abuelo y la persona que la llevó se encontró con tres hombres en calzoncillo tomando Fernet en una botella cortada, todos chupados, un ambiente terrible. No sé con quien vive, quien es este hombre que está al lado de mi niña, no sé nada".
Así las cosas y luchando contra una Justicia que le sigue dando la espalda, en dos provincias y cerrándole la puerta pese a todas las evidencias y los serios episodios documentados, Klimentiy no pierde la esperanzas de que toda esta situación pueda revertirse. Asesorado legalmente tanto en la capital de Tierra del Fuego como en Mendoza, ruega porque su justo reclamo sea escuchado a tiempo para volver a reencontrarse con su hija. Casos de tintes muy similares se han registrado en el pasado reciente en el país, algunos de ellos con resultados desgraciados, por lo que se torna imperioso que una Justicia responsable, seria e imparcial actúe sin más dilación. Antes de que sea demasiado tarde.