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El centro de la Tierra se estaría enfriando más rápido de lo pensado

La velocidad con la que se está enfriando el núcleo de la Tierra es mayor de lo que se creía hasta el momento. Esto abre un punto de vista diferente al desarrollo de la vida del planeta, y el comportamiento de la dinámica de placas tectónicas.
miércoles, 26 de enero de 2022 · 06:41

La evolución de la Tierra en realidad es la historia de su propio enfriamiento interno. Hace 4.500 millones de años, en la superficie reinaban temperaturas extremas y estaba cubierta por un profundo mar de magma. 

Pasando millones de años, la superficie se enfrió hasta formar una corteza. Pero, la gran energía térmica que emanaba del interior de la Tierra activó procesos dinámicos, como la convección del manto, la tectónica de placas y el vulcanismo.

Pero hasta hoy no se pudo saber con certeza a qué velocidad se enfrió la Tierra y cuánto tiempo tardó para detener los procesos impulsados por el mismo calor. Una respuesta puede ser la conductividad térmica de los minerales que forman el límite entre el núcleo y el manto de la Tierra.

Esta capa es importante porque es donde la roca viscosa del manto terrestre está en contacto directo con el fundido caliente de hierro y níquel del núcleo exterior del planeta. El gradiente de temperatura entre las dos capas es muy marcado, por lo que es posible que fluya mucho calor en ese lugar. 

Ahora, el docente de la ETH Zurich, Motohiko Murakami y sus compañeros de la Carnegie Institution for Science crearon un sistema de medición que les permite conocer la conductividad térmica de la bridgmanita en el laboratorio, en las condiciones de presión y temperatura que existen en el interior de la Tierra. Para las mediciones, usaron un sistema de absorción óptica recientemente desarrollado en una unidad de diamante calentada con un láser pulsado, según publica Meteored.

Murakami relato que este sistema de medición les permitió corroborar que la conductividad térmica de la bridgmanita es 1,5 veces mayor de lo que se creía.

En la práctica esto implica que el flujo de calor desde el núcleo hacia el manto es también mayor de lo que se pensaba. Un mayor flujo de calor, a la vez, incrementa la convección del manto y acelera el enfriamiento de la Tierra.

Esto puede hacer que la tectónica de placas, que se mantiene activo por a los movimientos convectivos del manto, se frene más rápido de lo que los investigadores pensaban basándose en los valores previos de conducción de calor. Murakami y sus colegas también demostraron que el rápido enfriamiento del manto cambiará las fases minerales estables en el límite entre el núcleo y el manto.

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