Dilma Rousseff abucheada en Sao Paulo

La presidenta de Brasil no tiene tregua. A causa de las políticas de recorte económico, el agitado clima social, el enfrentamiento entre los sectores políticos oficialistas y el escándalo de corrupción por Petrobras que toca de cerca al Poder Ejecutivo, pareciera ser que la mandataria no tiene descanso.

En la mañana del día martes Dilma Rousseff debía inaugurar el XXI Salón Internacional de la Construcción en Sao Paulo. Pero el evento no se desenvolvió en armonía.

A su llegada y por motivos de seguridad debió ingresar utilizando una entrada alternativa a la prevista. Los expositores y trabajadores que se encontraban en la feria no estaban allí precisamente en apoyo a la presidenta, sino más bien en reclamo y con intenciones de hacerle saber su descontento.

El sector económico es uno de los tantos frentes abiertos que tiene el gobierno de Brasil. Las políticas de ajuste que proponen desde el poder ejecutivo, en la búsqueda por reactivar la economía, no han sido recibidas con buenos ojos por los empresarios, reclamo al que también se suman las distintas organizaciones sindicales del país. Por su parte el dólar que se disparó llegando a su precio más alto en los últimos diez años, suma datos a la incomodidad que sufre el sector productivo.

En su discurso frente a trabajadores, gremialistas y empresarios Rousseff buscó tranquilizar a la multitud. Aceptó que el país está viviendo momentos difíciles y más difíciles que los que se han vivido recientemente. Pero aseguró que el país no está viviendo la crisis de la "dimensión”, que "algunos” dicen que está viviendo.

Pero la economía tambaleante no es el único factor incidente, la desconfianza en el sector político se agrava cada vez más. La causa Petrobras y las internas dentro del bloque oficialista son algunos de los factores que debilitan la representatividad política.

Entre los múltiples cánticos y gritos de descontento, que se escucharon en el Salón Internacional de la Construcción la frase "¡Fuera ladrona!” hacía eco en las instalaciones del edificio. Es que la causa de la petrolera Brasilera, salpica con el rotulo de corruptos a varios funcionarios de la gestión de gobierno, entre ellos a la misma Rousseff. La actual cabeza del poder ejecutivo fue acusada de hacer su campaña política en 2010, gracias a dinero de sobornos que funcionarios desviaban desde Petrobras.

En su discurso la Presidenta se encargó de hacer hincapié en que se están tomando medidas para lograr la activación de la encomia, "Estamos haciendo todo el esfuerzo para que al final de este año las señales de recuperación comiencen a reaparecer”

Para los próximos días se esperan movilizaciones sociales en el país, el día viernes el CUT – Central Única de los Trabajadores, realizará una manifestación en defensa de Petrobras y de Dilma Rousseff, mientras que para el domingo del mismo fin de semana se han convocado a protestas, en distintos puntos del país, a través de las redes sociales en contra del gobierno.