Cuando los hijos crecen y la pareja reflorece: ¡Se viaja!

No existe padre ni madre de familia que no haya sufrido la sensación del nido vacío. Pero que los hijos crezcan y se vayan de casa también es un nuevo renacer, una nueva oportunidad y muchas parejas reflorecen o retoman viejas costumbres: viajar de a dos.
viernes, 19 de julio de 2019 · 09:56

Una empresa de cruceros confirma que gran parte de sus pasajeros son parejas grandes que viajan juntas y recorren Europa de una manera distinta: a bordo.

¿Por qué? Porque al estar más grandes, elijen desligarse de las valijas y dedicarse a disfrutar cien por ciento del viaje sin preocupaciones. La compañía italiana ofrece el siguiente recorrido:

COPENHAGUE: la ciudad feliz

La capital y ciudad más poblada de Dinamarca refleja perfectamente la estética Escandinava: calles adoquinadas, canales y bicicletas mezcladas con la vanguardia en diseño, moda y gastronomía. Si a esto le sumamos la simpatía de sus habitantes (la ciudad está considerada una de las más felices del mundo), sin duda se convierte en un imperdible en cualquier recorrido por el Norte de Europa. Después de visitar la zona portuaria, continúa el recorrido hasta los jardines de Tivoli, atracción clásica de la región y el imponente Castillo de Rosenborg. Pero no nos vamos de Copenhague sin antes visitar en el Parque Langelinie a la sirenita, escultura en homenaje su autor, Hans Christian Andersen, que se vio muy inspirado por toda la magia de esta ciudad única.

II: BERGEN: recorriendo tierras vikingas

Entre 7 montañas que rodean el centro de la ciudad, emerge Bergen, una moderna urbe noruega fundada hace más de 900 años y con claras raíces vikingas. Famosa por su antiguo puerto, el Bryggen, es también una base ideal para conocer lugares míticos como el Trolltunga o los fiordos del sur. Una ciudad pequeña, que se puede explotar a fondo caminando mientraspasamos por sus coloridas casas de madera y estrechas calles que crean una atmósfera de cuentos de hadas. Su oferta cultural es muy destacada: museos, centros de arte y múltiples eventos culturales a lo largo de todo el año. Pero lo que no puede faltar en un recorrido de Bergen es una visita al monte Floyen, un balcón que se eleva a más de 300 metros sobre el nivel del mar y permite tener una vista impresionante donde se aprecian la ciudad desde arriba, las montañas y hasta islas vecinas.

III: SAN PETERSBURGO: capital de la cultura

También llamada la “Venecia del Norte” por sus numerosos canales, San Petersburgo es sin dudas la capital cultural e intelectual de Rusia: el sitio perfecto para conocer la historia de los zares y todo el esplendor de su arquitectura. Durante el invierno San Petersburgo nos envolverá en su romántica bruma y durante el verano podremos disfrutar de sus noches largas de sol. Los que siempre estarán presentes son los elegantes palacios, monumentos y plazas que crean una atmósfera inconfundible. Recorrer su casco antiguo es un must, tal que la UNESCO lo reconoció como patrimonio de la humanidad. El viaje no puede finalizar sin visitar el Museo del Hermitage que está considerado uno de los mayores museos y pinacotecas del mundo.

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