Morgue clandestina: la Justicia autorizó la identificación del cuerpo por ADN

El Juzgado Civil 1 de Ushuaia, a cargo del juez Sebastián Osado Viruel, ordenó la identificación por ADN que fue solicitada por los familiares de Juan Sena, un hombre que falleció el lunes 16 de marzo a los 84 años de edad.

Según habían indicado el servicio funerario Ramón Oviedo en ese entonces, sus restos iban a ser velados y recibirían el Servicio Exequial de Cremación, “cumpliendo así con su última voluntad”.

Sin embargo, pasaron los días y Sandra Sena, la hija del difunto, seguía esperando la cremación, mientras se enteraba que otras personas, fallecidas después que su padre, ya habían recibido el servicio. 

Como si fuera poco, Sandra descubrió que los restos de Don Sena permanecían tirados  junto a otros féretros en un galpón sin habilitación de la firma Ramón Oviedo, ubicado en el centro de la ciudad. 

Por esta razón, la familia Sena inició una causa penal que recayó en el Juzgado de Instrucción N° 2 de Ushuaia a cargo de la jueza María Cristina Barrionuevo, quien dispuso el vaciamiento de ese galpón y el traslado de los cadáveres a los cementerios públicos.

Sin embargo, un año después, su padre continúa sin ser cremado. Los Sena reclaman desde marzo del 2020 que les permitan acceder a una medida cautelar para corroborar, a través de ADN, la identidad del cuerpo que pasó meses depositado en una morgue clandestina. Les ofrecieron comprobarla mediante las prendas de vestir pero se negaron rotundamente y lo calificaron de “morboso”. 

“Se cumplió un año de su partida y lamentablemente aún no hemos podido cumplir su última voluntad ni tampoco cerrar esta etapa de tanto dolor” expresaron los hermanos en una carta abierta. 

Las últimas novedades del caso fueron que Sandra Sena, como querellante, pudo acceder al expediente que tiene más de 500 fojas y aseguró que “el daño está probado, la Justicia ha investigado y estamos a la espera de que el titular de la funeraria, Ángel Oviedo, se presente a declarar”. 

Finalmente, este miércoles, el juez Osado Viruel autorizó la identificación solicitada a través de la abogada Griselda Engelhard para acceder al ADN, que previamente en el fuero penal les había sido denegada. De ser positiva la muestra, se cumplirá definitivamente con la voluntad de su padre, de ser cremado y sus cenizas arrojadas en el río Paraná en su Corrientes natal. 

Mientras tanto, la familia Sena está a la espera de la declaración de Oviedo, que debió presentarse la semana pasada pero mandó un escrito al juzgado diciendo que lo hará el jueves 25 de marzo. 

“Me gustaría que explique por qué dejó el cuerpo de mi papá tanto tiempo mientras cremaba a otros, porque en las evidencias se nota perfectamente el manejo discrecional que hizo con la muerte”, sentenció Sandra Sena, en referencia al descubrimiento de que un ex combatiente que falleció después que su padre, había sido cremado, al parecer, gracias a la intervención de una autoridad superior. 

En la carta publicada la semana pasada, los hermanos Sena señalaron al Ejecutivo y al Concejo Deliberante y lamentaron que “ninguna autoridad, sabiendo del caso, se acercara”.

Vale la pena recordar que en marzo del 2020, la empresa Ramón Oviedo no había podido cumplir con sus obligaciones, no sólo con la familia Sena sino con otras 70  familias de Ushuaia y Tolhuin, argumentando que la Cooperativa Eléctrica no autoriza cremaciones de la ciudad capitalina, salvo que los fallecidos tuvieran como causa de muerte el COVID. 

La única opción que tenían los familiares para cerrar su dolor era realizar las cremaciones en la ciudad de Punta Alta, el lugar más cercano donde estaban dispuestos a recibir servicios de Tierra del Fuego.

Sin embargo, haciendo sus propias averiguaciones en sepelios de la Cooperativa Eléctrica, a Sandra Sena le dijeron que estaban tomando turnos para la gente que fallece de no COVID.