Amenaza de bomba en un banco

Se vivió otra situación de rehenes en Ucrania

La misma se dio en un banco de la ciudad de Kiev, capital de Ucrania, donde un hombre ingresó diciendo que tenía una bomba y demandando hablar con la policía. Esta es la segunda situación de este estilo en menos de diez días que se vive en dicho país.
lunes, 3 de agosto de 2020 · 10:51

En las últimas horas se sufrió una situación de rehenes en un banco de Kiev, capital de Ucrania, cuando un hombre ingresó al edificio afirmando tener un explosivo entre sus ropas y otros escondidos dentro del lugar. El lugar fue evacuado rápidamente, con el gerente del banco quedándose como único rehén, mientras que el criminal pidió que se llamase a la policía para comenzar con las negociaciones.

El individuo fue reducido por la policía sin mayores inconvenientes y llevado a la oficina del Ministerio de Asuntos Interiores para ser interrogado, sin tener que cumplir con sus demandas y sin el uso excesivo de fuerza. Mientras se dieron las negociaciones, donde se instó al hombre a rendirse, se le pidió a la gente que no transiten por la zona, debido a que aún era una posibilidad de que el hombre realmente tuviera una bomba.

Una complicación similar, aunque con un desenlace más extraño, se había dado unos días antes cuando otro hombre, identificado como “Maxim el Malo”, secuestró un micro de pasajeros y empezó a demandar cosas propias de un capítulo de Black Mirror. En primer lugar quería que los jueces y trabajadores estatales se declaren como “terroristas”, pero al ver que no era posible, pidió que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, recomiende la película “Earthlings” de Joaquin Phoenix, cosa que hizo mediante su Facebook. Maxim terminó siendo detenido y el post borrado.

Maxim, además de ser una persona profundamente desequilibrada y peligrosa (que ya había cometido diez años de cárcel por posesión ilegal de armas, pertenencia a una banda criminal y extorsión entre otras, y además había escrito un libro), es un humanista, mientras que Earthlings es una crítica a nuestra relación actual con los animales. Durante las negociaciones le pasó el teléfono a los pasajeros con clips de la película para que constatasen que el entuerto en el que les había metido contra su voluntad era en el fondo por una buenísima causa.

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